social social social social social
Crónicas de la Justicia

Entrevista

Milagro en el día 2000

Perycia visitó a Milagro Sala en la hora 48.000 de su encierro. La intimidad de su prisión domiciliaria, la «persecución feroz» de Gerardo Morales, el «laboratorio» jujeño del lawfare, el «enojo» con el Gobierno nacional y el pedido de una «reforma judicial urgente».  

Por: Mariana Mamaní
Foto: Mariana Mamaní
imagen destacada

8/7/2021

El sol pega de tarde en la ventana de la habitación de Milagro Sala, que, como dice el carnavalito, tiene la piel curtida como el cerro que devuelve el vidrio. La lideresa social más importante de Jujuy acomoda su mate y cuenta que viene escapándole al Covid. El viento puneño llega fresco al balcón de su casa en el barrio Cuyaya, a 10 minutos del centro de la capital provincial. Milagro no se quita la bufanda. Desde el interior de un auto en la calle, no necesitan tanto abrigo los policías de civil que la vigilan y le sacan fotos.

—Por ahí uno tiene que cerrar los ojos para retroceder y ver todo lo que ha vivido en el transcurso de la detención.

Milagro abraza con las dos manos el metal tibio del mate. Convertida durante el macrismo en una bandera de la lucha contra los presos políticos, está cumpliendo 2.000 días, 48.000 horas, casi 5 años y medio de encierro. La mitad de ese tiempo con arresto domiciliario.

El primero de esos días fue el 16 de enero de 2016, poco después de la asunción como gobernador de Jujuy del radical de Cambiemos, Gerardo Morales. Nunca más recuperó la libertad después de que un auto blanco se la llevara arrestada por liderar un acampe de más de un mes frente a la Gobernación. Otro acampe, con 2.000 carpas, reclama hoy en Plaza de Mayo el fin de su prisión.

— Quizás unos cuentan 2000 días, pero un año antes de mi detención comienza la persecución feroz de Morales hacia mí persona y a la Organización Barrial Túpac Amaru. No nos olvidemos que es él quien me inicia una causa: la famosa causa de los huevos donde me acusa que yo organice el escrache y en realidad no estuve. El le pagó al único testigo, Arellano, que hoy es funcionario de Freddy Morales, hermano del gobernador. Fue el único testimonio que apareció, y al otro día estaba con una camioneta 4×4. Antes había dicho que por culpa mía no podía conseguir trabajo, que no podía dar de comer a sus hijos. Sorprendente. Arellano vivía en un departamento de la calle Lavalle y en ese edificio vivía Luciano Rivas abogado de Morales. No quiero ser mal pensada, pero ese departamento puede haber sido de Rivas prestado a Arellano. Ahí comienza la persecución. Se montó la campaña de 2015 enmarcada hacia el terror que imponía Milagro Sala. 

– ¿Qué es el «laboratorio» jujeño del lawfare? 

Yo relato desde el 2015 donde los jueces y fiscales viajaron a Estados Unidos a prepararse y hacer cursos. Ninguno de los argentinos nos imaginamos que iban a hacer el laboratorio en Jujuy. No era solo encerrar a Milagro Sala, sino a 11 compañeros de otras organizaciones como Graciela López y las hermanas Condori. Vinieron por las organizaciones y algunas le tuvieron miedo al encarcelamiento. La persecución más fuerte fue cuando nos plantamos en la plaza Belgrano y le dijimos a Morales que queríamos una audiencia para pedir la continuidad de las cooperativas.

Por esos días los compañeros contaban que la Policía les preguntaba con quién vivían, si tenían auto, dónde trabajaban. Entonces amenazaban y les decían «en el 2010 tuviste una causa por borracho, vamos a reactivarla para meterte preso». Así apretaron a todos y muchos tenían miedo. Les decían: «lo que tenés que hacer es denunciarla a Milagro, vamos por ella. Es violenta, asesina, corrupta,  narcotraficante». Me bajaron todo el Código Penal, la única causa que me falta es violación. Me hicieron una causa en Córdoba donde encontraron un auto con dólares y la Justicia federal dijo que no tenía nada que ver, pero a esa altura mi nombre ya estuvo en los medios de Jujuy y nacionales donde Morales paga continuamente.

Milagro con Raúl Noro, su marido. Él también sufrió la prisión en 2016.

***

Cae la tarde. El celular de Milagro no deja de sonar. Mira la pantalla, pero trata de no distraerse. Sigue conversando. Se detiene para responder un solo mensaje. Es de uno de sus nietos.

«Los medios de comunicación fueron los autores principales de mi detención – asegura-. La prensa te juzga, te baja el martillo y después vienen los jueces y te aplican la condena. Es lo que se acostumbró en la Argentina y no hay que acostumbrarse porque no es legal. La Reforma Judicial tiene que ser urgente. Hay que trabajar fuerte, y tenemos que estar involucrados todos los sectores. 

No es por bajar la cabeza, pero cuando hace un mes me pusieron otra causa por lo de Campo Verde, lloraba de bronca. ¿Por qué me sientan una vez más en el banquillo a explicar a estos delincuentes que soy inocente?» 

La habían llevado esposada para notificarla de una acusación por supuesta instigación a una toma de tierras.

-Me llevan al juzgado de prepo – le cuenta a Perycia-, me meten en una celda y no me dicen por qué me llevan. Media hora ahí y luego el juez Urquiola recién me hace conocer la causa: “Vamos a comentarte porque estas acá». Les dije “decime dónde firmo y nada más. Esta película la viví 16 veces, con ésta llevo 17 causas en contra».

– En 5 años y medio pasaste por distintas etapas en el encierro.

-Mirá, me llevaron a la comisaria donde estuve cerca de dos meses, después me trasladaron al penal de Alto Comedero, después me llevan a juicio y luego al penal de Güemes (Salta) 10 o 12 días, después me arman una cárcel en la casa de El Carmen, sin servicios básicos. Estaba rodeada de Gendarmes,  por causas provinciales. Eso es ilegal. Las visitas pasaban a una carpa y las revisaban de pie a cabeza. Se apeló en la Corte Suprema de la Nación y la Corte Internacional dijo que debían darme la libertad o prisión domiciliaria en mi propia casa. Recién uno o dos años después me traen a mi casa, donde tengo policías de civil que hasta hace un mes pedían DNI a todos los visitantes y enviaban informes al Ministerio de Seguridad de Morales.

-Se inicia el mes de julio, en Jujuy se conmemora la Noche del Apagón y a 45 años seguimos usando el concepto de “preso político”, ahora en democracia. 

-Nunca me imagine vivir esto, nunca, nunca. Parte de la formación política la hicimos cerca de Madres de detenidos desaparecidos de Jujuy, HIJOS, mirando cómo trabajan esa lucha inclaudicable para que los genocidas vayan a la cárcel. Y vivir hoy lo que me pasa, me hace recordar el año 76. Acá no solo te meten en la cárcel, sino que está el lawfare creado para los opositores, para los que luchamos por el buen vivir y más que nada para los que le hicimos mucha resistencia al neoliberalismo.

La lideresa de la Túpac recibió a Perycia en la intimidad de su casa donde cumple prisión domiciliaria

***

Conversa tranquila la dirigente indígena que revolucionó la política en la provincia andina. La Justicia no le permite moverse más allá de ese balcón y un poco más. No puede salir de su casa. Sin embargo, recuerda momentos más duros. En el penal de Alto Comedero, por ejemplo, tuvo que sufrir el encierro en «los chanchos», unas celdas de castigo denunciadas por organismos de derechos humanos. «Te dejamos acá porque defendes a las otras mujeres presas», le escupió la guardiacárcel. «Donde vea una injusticia, voy a hablar», le respondió.

– Me gustaría ir a un debate de corrupto a corrupto con Morales. Un debate en serio, sin chicanas ni esos abogados de cuarta que son violentos. 

-¿Por qué «de corrupto a corrupto»? 

-Él dice que yo robé, yo le voy a demostrar que no robe nada. Y yo digo que él sí robó. Así como tomó préstamos internacionales, hizo desaparecer esa plata. Por el Ferrocarril recibió el dinero y solo hizo 30 km, y pidió un subsidio a Nación y le dieron más plata. Recibió otro subsidio por el proyecto de Aceite de Cannabis, firmó un contrato con un laboratorio, y dijo que ese dinero quedaba en Jujuy. Y esa plata de cuatro cosechas fue a los bolsillos de los Morales. Los jujeños no vimos la plata del cannabis, del litio, de los impuestos a las grandes empresas que deben cobrarse como a Blaquier. Jujuy es una provincia rica en recursos naturales; pero es pobre por el endeudamiento.

-A partir de 2016 desapareció la construcción social de las cooperativas y se estigmatizó el termino «tupakero».

– Todo lo comunitario destruyen, no quieren que la gente se organice, solo quieren la gente con la cabeza agachada y que diga «sí, Morales, tenés razón». Jujuy es un pueblo digno, Jujuy fue siempre punta de lanza para las grandes movilizaciones y revueltas históricas. Sigo confiando en el pueblo jujeño que en algún momento va a decir «basta al atropello, basta a la banda organizada de Morales».

Morales viene a borrar todo de la Tupac, pero se pasa inaugurando obras nuestras. Por ejemplo, la fábrica textil de la Tupac confeccionó barbijos. Es Hitler en persona, quiere que todos hagan los caprichitos de él, que todo lo que se relacione con Milagro es mala palabra. Se quiere hacer el dirigente puro y muchos que lo conocemos sabemos que no es así. A él lo rodea mucho la corrupción, la mentira, la falsedad política y creo que esto va a terminar perjudicándolo.

El enojo con el Gobierno nacional

-Yo estoy enojada porque muchos jujeños venimos pidiendo qué Gerardo Morales rinda cuentas de todos los préstamos internacionales y también que comience a rendir cuentas por cómo manipula la Justicia y la Legislatura. No podemos lograr que pase eso y si Morales hace lo que hace es porque alguien le está dando la mano.

En pandemia volvió a leer «La razón de mi vida» y se propone concretar el Museo de Evita. Milagro atesora libros que se salvaron de los allanamientos.

Simplemente yo quiero que revisen las causas que me han armado, y qué casualidad que los mismos testigos están en todas las causas. La causa de los huevos es increíble, la causa de las bombachas me absuelven y después de 3 o 4 meses se juntan unos jueces y me dictan condena. Entonces para qué me llevan a juicio.

-La vicepresidenta Cristina Fernández fue fundamental con el apoyo a la Túpac Amaru.

-Soy K y peronista. Tanto Néstor como Cristina hicieron real los libros de Evita y Perón, en la teoría y en la práctica. Se hicieron realidad la redistribución de la riqueza, beneficiaron a los jubilados, dignificaron a los que menos tienen. Macri se llevo plata del país al exterior, mientras que los que construimos casas somos los peores.