Todo comenzó a partir de una comunicación informal, vía telefónica, tal como sucede habitualmente con otras fuerzas ooliciales o Poderes Judiciales del país, y también del exterior.
En este caso, las llamadas se realizaron entre el 18 y el 20 de febrero del 2020: el gabinete de la Policía Científica de Pinamar pidió la colaboración a la División Policía Científica de Tierra del Fuego para identificar, en principio, el talle y la marca de la huella de una zapatilla que había quedado plasmada en el rostro de Fernando Báez Sosa.
La Policía Científica fueguina es pionera en la recolección de “huellas de pie calzado”, como se dice en la jerga. Por este motivo, la labor de los peritos fueguinos fue asesorar de manera técnica a sus pares de Pinamar en estudios scopométricos respecto de la huella del calzado en el rostro y cuello del joven Fernando Báez Sosa, cuando yacía en la morgue.
¿Qué es un estudio scopométrico?
Con un estudio scopométrico se analiza, por ejemplo, si una suela tiene particularidades, si tiene algo clavado o está gastada de cierta forma por el uso, el terreno por donde se camina y, luego, se aclara esta casi infinidad de elementos mediante un informe que se envía a la Justicia o los Gabinetes Criminológicos de las Policías que lo requieran. Todas esas pistas quedan representadas en la pisada de cada persona.
En el caso del asesinato de Báez Sosa, la Policía fueguina no contaba con la zapatilla y la huella a cotejar. Sin embargo, sí contaban con una Base de Datos con unas 10 mil imágenes de distintos calzados, por lo que la labor de los peritos sureños fue un asesoramiento técnico.
Su trabajo permitió decir con certeza que se trataba de una huella de zapatilla Cyclone color negro y luego otros estudios lograron determinar que esa zapatilla era de Máximo Thomsen.
Los especialistas visualizaron un rastro en la foto que había sido enviada. La idea era saber si se correspondía con ese calzado y cómo sería la técnica para hacer ese informe preliminar, explica el Comisario Mayor Oscar Félix Sosa, segundo Jefe a cargo de la dependencia.
La zapatilla en el juicio
El 10 de enero esta misma información surgió durante el proceso oral: Haydeé Almirón, jefa del Laboratorio Científico de la Policía Federal de Mar del Plata, ratificó ante el Tribunal que, de entre más de 14 pares de zapatillas, el único par con esa moldura era la marcada con la C, letra que le habían adjudicado a Máximo Thomsen.
El Comisario Oscar Félix Sosa indicó a Perycia: “Se hizo un asesoramiento técnico. Fue una consulta sobre un calzado que estaba secuestrado en las primeras actuaciones y unas lesiones que se reproducían en el rostro de una persona, que eran compatibles con una huella de pie calzado”. Se trataba del cuerpo, ya sin vida, del joven Fernando Báez Sosa.
Desde el año 2004, la Policía fueguina realiza estudios scopométricos: “es común y frecuente que otras policías nos consulten o los Poderes Judiciales también lo hagan”, sostiene el Comisario, y agrega que se trata de un trabajo artesanal que se nutre y crece día a día.
Una base de datos de zapatillas
La Base de Datos cuenta actualmente con unas 10 mil imágenes de calzados. Al principio, eran obtenidas en la División Investigaciones mediante fotografías tomadas a las personas que acudían a realizar trámites, o bien habían sido aprehendidas por algún hecho delictivo en investigación, y luego, en cada una de las intervenciones por hechos delictivos. Pero también colaboran desde los distintos comercios locales, que avisan a la policía cuando ingresan nuevos modelos de calzados, algunos muy peculiares, tipo borcegos de alta montaña, que no se utilizan en otras zonas del país.
Los tiempos cambiaron, y la Base de Datos se sigue ampliando y pretende tener la mayor cantidad de información posible. Ahora es en internet donde se adquieren las imágenes. Las ventas on line, las importaciones y las cientos de formas de adquirir zapatos, zapatillas, botas, borcegos, sandalias a un precio mejor, o por el simple hecho de comprar un zapato único e irrepetible.
La Base fue creada y realizada por el Analista de Sistemas, el Inspector Cristian Alonso, quien, allá por el 2004, pertenecía al cuadro de Suboficiales de la Fuerza Policial fueguina.
El banco de datos creado, fue y es de suma importancia en el extremo sur de la Argentina, ya que muchas veces es imposible recolectar huellas dactilares en las escenas del crimen, debido a que por las bajas temperaturas quienes cometen los delitos lo hacen con guantes.
Todos los datos recolectados a lo largo de casi 30 años se codificaron y es así que se colabora con las fuerzas policiales de todo el país, y también internacionales.
Otras colaboraciones
No es la primera vez que la Policía Científica de Río Grande colabora en el esclarecimiento de hechos en otras latitudes.
En el 2015 pudo cotejar las huellas de Rubén Recalde, considerado uno de los tres asesinos seriales de Argentina, quien fue condenado en 2015 a cadena perpetua por el femicidio de dos mujeres en Junín entre 2012 y 2014.
También, en el 2019, la Policía fueguina participó en la causa que investigó el asesinato del empresario Abel Leonardo Espósito, quien fue torturado y asesinado por cinco personas en la localidad bonaerense de Bernal.