Marta Montero, madre de Lucía, salió del edificio de Tribunales abatida. La primera audiencia de un nuevo juicio por el crimen de su hija de 16 años, no comenzó de la mejor manera. “Te matan una hija y todavía tengo que dar detalles y explicaciones 7 años después”, expresó la mujer. Los padres y el hermano de Lucía tuvieron que escuchar, una vez más, un sinfín de preguntas de los defensores de los acusados que sólo apuntaron al “comportamiento y costumbres” de la víctima.
Desde la noche anterior, el edificio de Tribunales ubicado en el macrocentro de Mar del Plata se encontraba vallado. No obstante, y a pesar de la lluvia que acompañó durante toda la mañana, distintas organizaciones feministas y agrupaciones políticas acompañaron el reclamo de justicia por Lucía. Sergio Maldonado y los padres de Natalia Melmann, la joven asesinada en Miramar hace 22 años, también fueron de la partida. Desde Córdoba, Jujuy y Buenos Aires, llegaron otros padres con hijas asesinadas para relatar su calvario personal en busca de respuestas.
En la esquina de Falucho y Tucumán, a pocos metros de los Tribunales, se instalaron gazebos en los cuales se desarrollaron distintas actividades a cargo del Ministerio de la Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense y del Centro de Acceso a la Justicia y Asistencia a la Víctima que, entre otras tareas, repartieron folletería para concientizar sobre la violencia de género. Una banda de tambores le puso ritmo al reclamo y a la jornada de concientización. De a ratos se cortaba la música para la lectura de alguna consigna o adhesión.
Las posturas
El juicio a Matías Farias, de 29 años, y a Juan Pablo Offidani, de 47, acusados de violar y asesinar a Lucía Pérez, comenzó minutos después de las 9 en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2, a cargo de los jueces Gustavo Fissore, Alexis Simaz y Roberto Falcone. El abogado César Sivo, defensor de Offidani, insistirá con la absolución de su cliente y argumentará que las pruebas no demuestran otra cosa. “Si uno mira el proceso anterior, las pruebas y lo que se mostró, entendería que la solución sería la misma del caso anterior, quizás con una redacción de sentencia distinta. Pero en esencia la prueba muestra cosas muy diferentes a las que se sostienen”, dijo Sivo a la prensa.
Días antes del comienzo de las audiencias, el abogado se mostró preocupado por las manifestaciones “puertas afuera” del tribunal y aseguró que esa no es la manera de obtener justicia. “Si la idea es que solo hay justicia si hay perpetua aunque sea a dos inocentes, o al menos uno como mi defendido, indudablemente estamos muy lejos de la idea de justicia. Lo importante es entender que los procesos se tienen que resolver en el ámbito que se tiene que resolver, no en la calle”.
Por su parte, la defensora oficial, Laura Solari, quien representa a Matías Farías, seguirá la postura de su colega. Al comenzar la audiencia aseguró que discutirán “la materialidad delictiva porque considera que “no hay hecho ilícito en sí”.
Farías y Offidani enfrentan la misma acusación que se previó en el primer juicio: “abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes seguido de muerte en concurso ideal con femicidio”. Ambos no estuvieron presentes en la sala de audiencia y participaron por videoconferencia desde el Penal de Batán, a 15 kilómetros de allí, donde permanecen alojados desde 2018. A diferencia del primer juicio, realizado en 2020, los padres de Lucía están representados por las abogadas Verónica Heredia y María Florencia Piermarini, quienes insistirán con la acusación original. Por último, la representación de la fiscalía está en manos de Leandro Arévalo; el fiscal mantendrá los cargos, pero en el caso de Offidani, en grado de partícipe necesario. No obstante, se reservó la posibilidad de cambiar esa calificación a lo largo del debate.
El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, cruzó la playa de estacionamiento de tribunales esquivando los autos y la lluvia;, frente a los micrófonos aseguró que tiene una gran expectativa con este nuevo juicio y que “este nuevo tribunal dicte una sentencia justa. Este juicio tiene que estar focalizado en que se trata de una niña de 16 años y dos mayores. Para nosotros claramente es un femicidio”, concluyó. Pietragalla fue uno de los pocos que pudo ingresar a la sala de audiencias y acompañó a los padres de Lucía durante toda la jornada de debate.
La audiencia
La primera audiencia se vio atravesada por la tensión entre los defensores y las abogadas de la familia de Lucía. En más de una oportunidad se vieron obligados a cuestionar las preguntas que hacían referencia a la vida privada de Lucía.
El papá, la mamá y el hermano de Lucía fueron los tres primeros testimonios que escuchó el tribunal. Luego de un cuarto intermedio de 15 minutos declararon dos amigas de la víctima.
Los familiares hicieron una cronología desde que el cuerpo de Lucía fue abandonado en la salita de primeros auxilios de Playa Serena hasta la actualidad. Dieron detalles de cómo se enteraron del hecho, y de todo lo que fueron estos años sin Lucía. Pero las cuatro horas que duró la audiencia estuvieron signadas por el cruce entre la defensa de los acusados y las abogadas María Florencia Piermarini y Verónica Heredia, representantes de la familia de Lucía.
Las preguntas acerca de la vida privada de la víctima, sus costumbres, carácter y vida sexual se repitieron una y otra vez. Cansada de la situación, Marta se dirigió a la defensora Laura Solari y le dijo “yo no maté a mi hija”, ante una nueva pregunta. “¿Tengo que contestar esa pregunta?” fue la frase que repitieron los familiares al tribunal cada vez que sentían que el cuestionario de la defensa se inmiscuía en la vida privada de Lucía.
Cuando el Tribunal de Casación anuló la sentencia del primer juicio se refirió a la falta de perspectiva de género en el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Nº1. Dentro de la argumentación de la decisión, los jueces de la Casación ordenaron evitar preguntas respecto a la vida privada de la víctima como una manera de plasmar la perspectiva de género a la hora de juzgar un caso de estas características.
Después del primer cuarto intermedio, cuando ya había finalizado el testimonio de la mamá de Lucía, el presidente del Tribunal, Gustavo Fissore, pidió a todas las partes evitar preguntas vinculadas con la vida privada de la víctima. Pero la defensa acató a medias la orden del tribunal y no dudó en preguntarle a una de las amigas de Lucía “cómo era la sexualidad de la víctima”. La queja de las abogadas no se hizo esperar y el juez ordenó no hacer lugar a la pregunta.
Después de más de cuatro horas de audiencia, Marta caminó flanqueada por su marido y su hijo hasta la esquina de Falucho y Tucumán, donde más de un centenar de personas los esperaban para manifestarles su apoyo. Con lo que le quedaba de fuerza se trepó a un pequeño escenario improvisado que tenía de fondo en una tela, el rostro de Lucía. “Hoy fue ese 8 de octubre (2018) que mataron a Lucía. A este Poder Judicial me tengo que someter. Me tengo que revictimizar y escuchar las preguntas acerca de la vida de mi hija”; a los gritos cuestionó al Poder Judicial bonaerense y a los tribunales marplatenses en particular que desde un comienzo tomaron decisiones que sólo dificultaron la difusión del juicio.
“Nos meten en una sala de 2×2 y no dejan que pasen los familiares a ver las audiencias. Es un juicio oral y público. No sabía que el sistema judicial estaba privatizado. Si es así hay que cambiarlo. Todo el que quiera tiene que poder presenciar el juicio. La prensa tiene que poder trabajar como necesitan, no en un lugar donde entran seis personas nada más. Quieren tapar este juicio”. Guillermo y Matías se acercaron y la abrazaron para sostenerla. La mamá de Lucía tomó aire por unos segundos y finalizó: “Hay que cambiar esto, luchemos por nuestros hijos. Este tiene que ser el Nunca Más de nuestras hijas”.
Según lo previsto, las audiencias se desarrollarán durante todo el mes de febrero y en los primeros días de marzo el tribunal dará a conocer el fallo.