Los magistrados Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz presentaron sus descargos ante la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados tras ser notificados de los cargos en su contra. En el caso de Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda, los otros dos supremos enjuiciados, no presentaron ni realizaron descargo.
“Intentos de control, de condicionar, neutralizar o directamente cooptar al Poder Judicial de la Nación”, dicta en su defensa Rosenkrantz que coincide con su colega en poner la labor de la Comisión como un ataque a la independencia del tribunal. Desde el 26 de enero, la Comisión de Juicio Político, encabezada por la diputada Ana Carolina Gaillard, escuchó a 65 testigos a lo largo de 23 reuniones y, con la mayoría oficialista, acusó por distintos cargos al los integrantes de la Corte.
En el caso de Rosatti, uno de los puntos importantes en su contra son los mensajes que se conocieron entre su mano derecha, Silvio Robles, y Marcelo D’Alessandro, el entonces ministro de Justicia y Seguridad de Horacio Rodríguez Larreta. A raíz de estos chats, D’Alessandro renunció a su cargo, pero en su descargo el juez aseguró que no puede opinar sobre el tema porque la prueba fue declarada inválida por su origen ilegal. “No resulta posible saber si las imágenes difundidas son producto de una maquinación fraudulenta”, remarcó.
Además, Rosatti también se defendió de la acusación de haber cubierto al represor, Eduardo «Curro» Ramos Campagnolo, mientras era intendente de Santa Fe. Ante esto, aseguró que Ramos Campagnolo ya estaba en el municipio cuando él asumió y que promovió un sumario después de que la exdetenida-desaparecida Patricia Isasa denunciara que uno de sus victimarios trabajaba cerca del intendente.
Por otro lado, Rosenkratz se defendió de dos puntos importantes, el 2×1 que beneficiaba a genocidas y la demora de la causa contra Carlos Blaquier, dueño del ingenio Ledesma, acusado de ser parte del secuestro y tortura de empleados de su empresa durante la última dictadura.
En el primer punto, el magistrado afirmó que el fallo era correcto y que los jueces deben hacer cosas que probablemente no querrían hacer pero no negó que esta medida haya sido su prioridad, por la que trabajó incluso durante la feria judicial de 2017. También aseguró que la Comisión Interpoderes, creada para contribuir con la tramitación de los juicios de lesa humanidad, ya se encontraba inactiva antes de que él llegue a la presidencia del tribunal y remarcó que durante su mando aumentaron las sentencias por delitos de lesa humanidad.
Por último, con respecto a la impunidad que logró Carlos Blaquier hasta su muerte, Rosenkratz negó conocerlo y acusó que su causa ya estaba demorada antes de su asunción a la Corte, pero admitió que conocía a Nelly Arrieta, exesposa de Blaquier, quién hacía donaciones para la Universidad de San Andrés mientras el magistrado ejercía como rector. Además tenía vínculo con Miguel Blaquier, hermano del empresario, a través de la Fundación Cimientos que integraba su esposa. ¿Su defensa? “No eran parte del pleito”.
La Comisión se volverá a reunir el próximo martes para que, en caso de querer hacerlo, Lorenzetti o Maqueda hagan su descargo presencial y luego tiene plazo hasta el 20 de noviembre para dar su dictamen por lo que probablemente lo realicen el jueves 16 o viernes 17, antes del balotaje presidencial.