Luego de 98 años, y de un largo caminar y esperar, llegó el momento histórico para las comunidades indígenas, el Juicio por la Verdad por la masacre Napalpí, donde se investiga como crímenes de lesa humanidad el fusilamiento de los miembros de comunidades Qom y Moqoit en 1924 en esta provincia llamada Chaco.
Napalpí incomoda y mucho, porque es donde se ponen en práctica la discriminación, desprecio y odio racial hacia los pueblos originarios que habitan en este lado del abya yala (tierra viva).
Napalpí, herida abierta y cruda para el pueblo Qom y Moqoit y el resto de los pueblos indígenas de esta provincia y el país. Una herida que sigue estando presente en las memorias de los hijos de aquellos que ya no están.
En los libros de historia oficial no se cuenta, redacta y ni se comenta lo que pasó, porque no existió interés e importancia para aquellos que deciden lo «oficial».
La voz joven que resiste y reclama
Lázaro Díaz es un joven estudiante del pueblo Qom y piensa que una reparación histórica debe ser volcada a las prácticas y no solo al discurso.
«El Estado o gobierno ha pedido perdón, sí, pero me pregunto muchas veces, por qué la última sobreviviente de este hecho no cuenta con una remuneración digna, llámese pensión o algo”, dijo Lázaro.
La última sobreviviente de la masacre es Rosa Grilo. Cobra una pensión de 11 mil pesos. En enero de 2020 no le alcanzaba ni siquiera para pagar la luz.
“Lo que esperamos es que los responsables paguen, en este caso el Estado/gobierno, porque lo que pasó fue un fusilamiento desmedido por parte de la fuerza llamada seguridad y alguien tiene que responder por esto. Exigimos Justicia por nuestros muertos», pidió Lázaro.
«Al respecto de la masacre, nosotros los jóvenes nos preparamos para estar presentes porque es algo importante e histórico, fuerte y a la vez triste, porque es algo que forma parte de nuestra historia de la cual mucho de los medios de comunicación fueron partícipes de tapar esta situación, aniquilamiento de nuestros hermanos, hermanas. Va ser un aprendizaje para nosotros y creo que para el otro sector que es el doqshepi —no indígenas— «, contó Lázaro.
Claudio Suárez es uno de los tantos jóvenes Moqoit que ha caminado junto con el historiador Qom Juan Chico exigiendo Justicia. «Hay expectativas en la comunidad, quien esperó muchos años, estamos hablando de hace 98 años que estamos esperando, muchas veces no entendemos al Estado y al Sistema Judicial quienes son crueles con nosotros, de costarles tanto escucharnos a nosotros”.
Entre Colonia Aborigen (antes llamada Reducción Napalpí) y la capital de Chaco hay casi 150 km. Los jóvenes se organizaron para viajar hasta la ciudad de Resistencia a las audiencias, no fue fácil: “Pero estamos ahí dando todo nuestro esfuerzo para poder estar presentes ese día que es histórico para nosotros como comunidad y pueblo indigena, porque luego de mucho tiempo llegó el momento que tanto esperamos y luchamos: el Juicio por la Verdad».
“Estas son instancias largas y dolorosas para nosotros y más para los sobrevivientes de esta masacre. Por eso hoy estamos con expectativas y emociones encontradas para este día que tanto esperamos. Solo queremos Justicia», advirtió Claudio.
La clave: Juan Chico
La verdad está saliendo a la superficie, el episodio fue tan grave como olvidado por el Estado, la sociedad y más precisamente por la policía, la Justicia quien prefirió mirar otro lado como ocurrió y ocurre siempre. Pero las comunidades nunca dejaron de luchar y exigir Justicia y Verdad.
Mabel Filemón, docente Qom y representante de los tres pueblos en el área indigena de la Secretaría de Derechos Humanos y Género de la provincia del Chaco, explicó quién fue el impulsor de esta memoria colectiva: “Juan Chico, nuestro hermano historiador, fue quien investigó esta masacre, este aniquilamiento. Sin estas investigaciones los jóvenes y la sociedad misma no iba a saber lo que pasó, pero gracias a él y a todos los que estuvieron y están caminando con nosotros, se pudo lograr que la verdad salga a luz».
«Para nosotros es muy fuerte, nos duele y sigue siendo una herida abierta, y lo que esperamos es que los responsables paguen ante la barbarie cometida contra nosotros como indígenas. Este juicio va ser un antes y un después para nosotros como comunidades, también hay expectativas y esperamos Justicia por nuestros hermanos, hermanas, y nuestros niños», expresó Mabel.
Es claro el mensaje de los pueblos originarios, por ende, el Juicio por la Verdad da lugar a la reparación histórica para el pueblo del Chaco. Los pueblos indígenas plantean que es importante dejar de negar el genocidio y que se deje lugar a la identidad y a la memoria como provincia.
¿Qué pasó en Napalpí?
La masacre de Napalpí fue una matanza cometida por el Estado argentino en la que resultaron asesinadas cientos de personas pertenecientes a los pueblos Qom y Moqoit, realizada por una fuerza de más de cien hombres de la Policía Nacional de Territorios el 19 de julio de 1924 en el paraje El Aguará, en cercanías de la reducción aborigen Napalpí, ubicada en el entonces Territorio Nacional del Chaco. La masacre fue cometida por fuerzas policiales, con participación de civiles, bajo órdenes del gobernador Fernando Centeno, quien se hallaba bajo supervisión directa del presidente Marcelo Torcuato de Alvear, perteneciente a la Unión Cívica Radical (UCR).
Fue una de las masacres de mayor magnitud cometida contra pueblos originarios en la República Argentina durante el siglo XX.