Foto Matías Adhemar |
Pocas veces antes, en la historia de la ciudad, un código municipal cosechó tanto rechazo. Y sin embargo el intendente Julio Garro aún no se ha inmutado y está dispuesto a aprobarlo. Este miércoles una nueva movilización en las calles buscará alzar la voz de distintos sectores populares contra el Código de Convivencia Ciudadana.
«El Código en realidad es un tríptico, que se completa con la Reforma del Planeamiento Urbano y la creación de la Guardia Urbana. Lo que busca Garro es correr a los ´negros´de la ciudad para hacer valer el metro cuadrado y lo hace en un contexto muy especial, donde los servicios suben, donde la desocupación aumenta. Entonces como hay más descontento crece la criminalización de la protesta y la criminalización de la pobreza. Es una clara provocación», dijo el abogado Esteban Rodríguez Alzueta, miembro del CIAJ.
La resistencia es amplia. Organizaciones sociales, organismos de derechos humanos, colectivos de abogados y abogadas, gremios y sindicatos, cooperativas de trabajo, colectivas feministas y LGBT, organizaciones de trabajadoras sexuales, centros de estudiantes, organizaciones políticas, redes y espacios culturales-artísticos, partidos políticos y espacios de migrantes expresaron su repudio a un código -«mal llamado como convivencia»- que consideraron como «represivo», «discriminatorio» , «reaccionario» y «persecutorio».
En un comunicado, expresaron que el proyecto del Ejecutivo Municipal tiene como objetivo «reprimir la protesta social, así como el trabajo ambulante, sexual y de la economía popular. A su vez, el contenido del proyecto es sumamente reaccionario, restringiendo la utilización del espacio público a los negocios privados y cercenando los derechos de la población».
En este sentido, denunciaron el «montaje mediático» realizado por el Municipio que intenta mostrarse como “dialoguista”, cuando en realidad los foros de participación vecinal «son restringidos a las comunidades o directamente inexistentes».
Por último, consideraron que la política de Garro se enmarca en el plan impulsado por el gobierno nacional de «hacer pasar el ajuste en curso con represión y criminalización de la protesta social» a la vez que «la tendencia fascista continental que hoy en día representa Jair Bolsonaro en Brasil se expresa en reiterados ataques racistas, xenofóbos, homolesbotransodiantes y conservadores dentro de nuestra ciudad».
Y agregaron: «Se persigue y se clausura sistemáticamente a los centros culturales como forma de coartar las expresiones identitarias de la juventud. En este momento, la comunidad senegalesa ha hecho público la discriminación y el hostigamiento que viven por parte de la municipalidad de La Plata, que además de decomisar su mercadería, lxs estigmatiza con frases xenófobas y racistas. La creación reciente de la Guardia Urbana de Prevención va en este mismo sentido».