Junto al fotógrafo Leo Vaca y su mirada disruptiva, imaginamos qué hubiera pasado si los presidentes que fueron protagonistas del G-20 caminaban entre la gente. Escritores, militantes sociales, docentes y periodistas, invitados especialmente por Perycia, crearon textos desde mundos tan disímiles como el de la Justicia, las Letras, la Academia y los territorios. Aquí, la tercera y última parte de una serie de postales irónicas sobre una de las pocas conclusiones que dejó la engolada Cumbre de los países más poderosos del planeta: el abismo que separa a los líderes de sus pueblos.
Ideas y fotos: Leo Vaca
Escriben: María Florencia Alcaraz, Martín Obregón, Ramón Tarruella, Luis Arias, Juan Bautista Duizeide, José Supera y Pablo Waisberg

Jusuf Kalla (Indonesia)
Detrás de las veinte máscaras del mundo, se despliegan los gestos más nobles de la humanidad: un beso y un abrazo en cualquier esquina de cualquier ciudad.
Ramón Tarruella, escritor/ editorial Mil Botellas
Mohamed Bin Salmán (Arabia Saudita)
La palabra viva, agonizante.
Si es el momento de alguna
O de todas estas verdades,
Que tenemos como instructivo,
Que sea dicha ahora
O que calle de infelicidades.
Porque la palabra se muere,
Está viva pero ya juzgada,
Siendo descuartizada,
En una mesa,
De un consulado,
Del país de No Nombrar las Cosas,
De la nación de No Decir;
Ahí se muere la palabra,
La descuartizan,
A la pa
la
bra
Las manos del poder,
Diciendo lo que se debe decir,
La Real Academia de los Muertos,
O te hacen programas en la tele,
Que se llaman Pasapalabra,
Donde la palabra
La pasa para la mierda.
Descuartizan la palabra,
Porque se hizo de una boca,
Que un mandatario escuchó,
Y mandó a desmembrar
Al diciente,
Porque había dicho,
Porque todavía dice,
Algo que molesta,
Que hace ruido:
Como la Palabra,
Que callada debe ser,
Porque vivimos
La era de la Doble Vara,
Porque no es lo mismo
Una Palabra
Que esta otra Palabra.
Hay unas que se dicen,
Que ya están muertas
Antes de que se digan.
Pero hay otras palabras
Que vivas antes de que se digan,
Se dispersan en el aire,
Y no existe régimen,
Ni Real Academia de las Pelotas,
Ni promesa colorida de Payaso,
Que pueda callarlas
Ni descuartizarlas,
Porque hay algo
De lo que decimos,
Que va más allá
De la frontera
De la Palabra.
Jose Supera, escritor y periodista
Cyril Ramaphosa (Sudáfrica) y Angela Merkel (Alemania)
Ángela Merkel no llegó para la foto inaugural del G20. La versión oficial señaló que hubo un desperfecto técnico en el avión, pero siempre hay que desconfiar de la versión oficial de todo: estaba haciendo un picnic en Parque Saavedra con su par sudafricano, Cyril Ramaphosa. Se calzó los cortos, disfrutó del pastito y del día de sol. A su esposo le tocaba el tour de la «Cumbre de los cónyuges» que había preparado Juliana Awada para una mayoría femenina de acompañantes de los líderes.
La canciller alemana se rateó de la foto oficial y su ausencia evidenció una ausencia más estructural: la de las mujeres. Las dejó solas a Theresa May, primera ministra del Reino Unido, sonriendo en la primera línea, y a Christine Lagarde más al fondo.
En 2008 y 2009, cuando comenzaron las sesiones del G20, había sólo dos. Con el paso de los años la representación subió a cuatro y hasta cinco, sin embargo, este año volvió a caer. Es evidente: la participación femenina no es garantía de perspectiva feminista. Sin embargo, algo queda estampado en las fotos. En los últimos 40 años de la región sólo hubo diez presidentas mujeres, hoy no queda ni una. Los estados se repatriarcalizan al ritmo de la avanzada neoliberal. Mientras tanto Merkel disfruta de pastito y hace angelitos como si el verde césped fuera nieve. Porque claro: a ella ésto poco le interesa. Eso sí: que el documento final hable del «empoderamiento de las mujeres».
María Florencia Alcaraz, periodista
Emmanuel Macron, el presidente más joven de la historia de Francia, llegó con ideas viejas. Una de ellas dice que cuanto más flexible y barato sea el trabajo, la recuperación económica -¿como la revolución?- está a la vuelta de la esquina. Sin perder el tiempo, esquivó el debate parlamentario y firmó una reforma laboral que concede, entre otras virtudes, facilidades para despedir trabajadores y la posibilidad de que la empresa discuta con sus empleados “de igual a igual”, sin el sindicato de por medio.
“Creo en la democracia, pero la democracia no es la calle. Respeto a los que se manifiestan, pero también respeto a los electores franceses que votaron por el cambio”, dijo después de poner el gancho en esa ley oxidada. No habían pasado ni seis meses de su asunción cuando fue rebautizado en esas calles que despreció: “Macron, el presidente de los jefes”, corearon en las columnas de la CGT antes de que llegaran los gases lacrimógenos.
El sábado ardió París. Eran los trabajadores de la periferia, representantes de las capas medias y bajas. Primero reclamaron por el aumento del precio de los combustibles pero la lista creció como el fuego: caída del poder adquisitivo, aumento de salarios y pensiones, referéndum popular para validar las decisiones del gobierno.
Macron vio las llamas en una pantalla, desde la Buenos Aires blindada del G20.
Pablo Waisberg, periodista y escritor
Con la figura de Evita de fondo en la Avenida 9 de Julio, sólo me surge decir: «Tu miserable ambición no logrará poner de rodillas a los pueblos. La dignidad no se negocia».
Luis Arias, ex juez
Vu cet le chinuá? pasque tu le chinuá son iguá, and gui are de yampion, vulevú? io sono felice bicos sempre pensa in italia, maiami italia, capito? delivery a full, forfai, aryentina se moi, ofcors : moi y mara doná, suit of milk, tangó, de biromé, gardel and de guitars of de guerl, bel mondo cane, ye suí macrí, desaparecidos? niapá, qué dice vú maifrén non sea stronzo doun bi dzalupo, io le digo aparcero : nulla, niente, never, okei amigo? tudu bem, alon cenfan la pipetuá, vu ce joli o la lá, an de guiner is…muá! sa va, ja ja, globaliseishon mai diar donal, no te pirés, orsai, aquí ochien bacás, spasiva tovarish, gin tonic vodka se la vi, me capishe? doun givap, ticher offshore, sail on, off, ap, doun, de la patrí, bul rí, patió, petí, hotel de suin, mapuches out, piquetes nou mor, dolche vita, farniente, farfala, ford, fandango, fetas de choripán rosado rococó, al colón, culón, kanekalon, no se usa más, ot nivel, nespá ? ajtún, ubot, amerikanischer cerden, fritz y frán, kindertoten lola, fesche lola, kindergarten volskwagen, got tot, friburgo en el spot, hot rod, michel, ma bel michet, mi jet, lag, lager lá, lá, lá, banner swap swat, patrol del petrol, la única realidad es la verdad.
Juan Bautista Duizeide, lector y navegante
¡Ah, esto sí que es vida! Por fin me pude rajar. Hacía años que no me tocaba una cumbre tan embolante. Igual no pasa nada, porque desde que llegué que me están confundiendo con el goma de Xi Jinping. ¿Quién se va a dar cuenta que me tomé el palo? ¡Qué maravilla! ¡La avenida más grande del mundo para mí solo! Ahora me fumo un puchito tranqui y hago tiempo hasta que empiece el partido. A la tardecita caigo de nuevo por el G-20, como para decir acá estoy. Y a la noche, bien de querusa, encaro para alguna milonga.
Martín Obregón, profesor de historia