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Arte y Justicia

Arte y activismo

Retratos públicos, caras rotas y rostros maltratados

Este sábado cierran las listas para las candidaturas políticas con miras a las elecciones de octubre. El artista Rafael Santos compuso la obra «Retratos públicos, caras rotas y rostros maltratados», que se exhibirá a partir del 25 de junio en el espacio DAMME (calle 60 y diagonal 78, #1361) de La Plata. Aquí, un texto del autor y un adelanto sobre una parte de su exposición, que pone el foco en el espacio público, allí donde conviven los retratos de candidatos políticos, las víctimas del accionar estatal violento y «la mano humano expresando decepción, odio, incluso una displicente indiferencia»

Por: Rafael Santos
Foto: Rafael Santos
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Es artista contextual, co-fundador y miembro de Ala Plástica (1991-2007). Sus herramientas principales son la exploración como la performance, la fotografía, la interrogación y la señalización como un modo de cuestionamiento poético. Su trabajo ha sido presentado y exhibido en América y Europa.

La última mitad del año 2017 fue socio-políticamente muy convulsionada en Argentina. Desaparición y muerte de Santiago Maldonado en la Patagonia, elecciones primarias en los partidos políticos, un nuevo aniversario de la desaparición de Julio López, elecciones nacionales, inicio o reanudación de Juicios por la Verdad.

En ese contexto las paredes de la ciudad de La Plata se convierten, una vez más, en territorio de intensa disputa por visibilidad.

Proliferan los retratos de candidatos políticos, como su propuesta más concreta y extendida.

También los de las víctimas del accionar estatal violento, como exigencia pública de justicia.

Al final, sólo quedan las caras rotas de quienes exponen su rostro voluntariamente (destinando a ello fuertes sumas de dinero), y los rostros maltratados de quienes nunca imaginaron su retrato multiplicado en las calles.

Sobre ellos la huella del paso de las personas, desgarros azarosos o no tanto, inscripciones intencionadas sobre las imágenes.

La mano humana expresando decepción, odio, desprecio, frustración, hastío, incluso una displicente indiferencia.