El viernes 10 de junio, día 12 del juicio, Lucas Adrián Bustos, el imputado, lo miró a través de una cámara desde el penal de Cruz del Eje. El 10 de junio es el día del Agente Penitenciario y nadie lo pudo trasladar hasta tribunales. El 10 de junio Lucas quedó en libertad.
El caso
El 25 de abril de 2020 encontraron sin vida en las cercanías del basural de Capilla del Monte a Cecilia Basaldúa. Hacía veinte días que se la buscaba. Una búsqueda en plena cuarentena que limitó horarios y circulación. La investigación penal preparatoria por el femicidio de Cecilia se llevó a cabo en la Fiscalía de Instrucción de Cosquín, a cargo de la Fiscal Paula Kelm, con la carátula “abuso sexual con acceso carnal y homicidio calificado por violencia de género y criminis causa”.
Con un único imputado sin pruebas, el 5 de marzo del año 2021, la Fiscal Kelm elevó la causa a juicio, que se postergó para el 2 de mayo de 2022 en tribunales de Cruz del Eje. La familia y las abogadas de la querella dudan de la investigación realizada por la policía provincial y la fiscalía de Cosquín.
La audiencia inesperada
La audiencia que comenzó al mediodía del 10 de junio, luego de tres semanas tras haberse suspendido el juicio ante la presentación de una nueva evidencia, se pensaba rápida. Tal como había dicho el 19 de mayo el juez Carlos Escudero, presidente del Tribunal, sólo se leerían los resultados genéticos cotejados con las muestras tomadas en la vivienda el 16 de mayo de 2020. Esa última evidencia, que nunca se incorporó en el expediente: restos de sangre y pelo humano encontrados en una precaria casa a 600 metros del lugar donde se halló el cuerpo sin vida de Cecilia. Esa última evidencia, de la que casi la querella no se entera, fue la coronación de las tantas irregularidades con las que la Fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, elevó esta causa a juicio.
Las conclusiones de los informes técnicos presentados fueron parciales, ya que aún faltan los análisis del pelo tomados como muestra. Dichos informes fueron elaborados por la Dra. Nydia Modesti, la Dra. Viviana Furrer, la bioquímica Silvia Mutal y la Dra. Fernanda Salazar, del Instituto de Genética Forense del Poder Judicial, quienes concluyeron que todos los resultados de las muestras de sangre son insuficientes para el cotejo con los ADN. Al respecto, Giselle Videla, abogada ayudante de la querella, explica: “Si después de dos años no pueden servir las muestras, es porque la cadena de custodia no estuvo bien realizada y hace que las muestras se deterioren e impiden que podamos tener un ADN nuclear que es lo que sirve para, incluso si cotejado con las partes no da, después se pueda cotejar con otros posibles ADN”.
Luego de la lectura de estos resultados, la abogada Daniela Pavón pidió al Tribunal que se considere el testimonio de la perito de control por parte de la querella, la Dra. Florentina Bustos, para que explicara el informe que realizó con respecto a la toma de las muestras. A partir de las observaciones que relevó la perito, se solicitó que se examine de nuevo el lugar del hecho y el pedido de una pericia interdisciplinaria para reconstruir lo que allí sucedió.
En su turno, Gerardo Battiston, abogado de la Secretaría de Derechos Humanos, fue claro en exponer que adhirió al pedido de la querella y enfatizó que la Instrucción ha sido deficiente, por lo que es necesario terminar toda la investigación. “A la vista de la posibilidad de una pena de cadena perpetua, creemos que hay que agotar todas las instancias, tal como se expresó desde la querella”.
Muestras deterioradas
El fiscal Sergio Cuello esta vez estuvo presente a través de una video conferencia desde Villa Dolores. No estuvo de acuerdo con el pedido de la querella para ampliar la evidencia, pero no dejó de reiterar su compromiso con la familia de Cecilia Basaldúa así como la postura “amplia” que se tiene desde el Ministerio Público Fiscal para que no queden dudas.
Sin embargo, las palabras del fiscal, que enmarcan de manera reiterada los rechazos a los pedidos de la querella, ya son parte de una rutina en este proceso judicial: “Insisto que hay cuestiones que no comprendo, por ejemplo cuando se siguiere una pericia interdisciplinaria de las muestras de sangre. Pensaba que la perito se iba a centrar en el análisis que se hizo desde el peritaje oficial. Sabemos que el Instituto de Genética Forense es de excelencia. Hay mucho de esto -en relación al informe del perito de control- que excede de la pericia genética”.
A pesar de la excelencia manifiesta por el fiscal sobre el estudio genético del Poder Judicial, lo cierto es que las muestras están deterioradas y en la próxima audiencia -fijada para el 1 de julio- se darán a conocer los resultados del análisis de los restos de pelo hallado y el Tribunal definirá si accede a la toma de algún vestigio biológico nuevo que esté en condiciones para poder cotejarse con los ADN.
El Fiscal que nunca encuentra fundamentos
-Le voy a decir a tu familia que te vaya a buscar al complejo carcelario.
Esto le dijo la abogada María Claudia Brandt a Lucas Bustos que seguía conectado por videollamada desde la penitenciaría de Cruz del Eje. Habían pasado unos minutos desde que la Secretaria había trasmitido, después del cuarto intermedio, que el Tribunal le otorgaba la posibilidad de seguir el juicio sin esposas y afuera de la cárcel.
Con la mirada fija a la cámara y una sonrisa tímida, Bustos atinó apenas a decir:
-Gracias, doctora.
Hacía aproximadamente una hora que, por segunda vez en todo el proceso que lleva este juicio, la Dra. Brandt había pedido el cese de la prisión preventiva para su defendido. Pero esta vez fue distinto. No sólo implicó reiterar la Convención Interamericana de Derechos Humanos, el principio de necesidad y proporcionalidad donde se establece que toda persona tiene derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o debe ser puesta en libertad, esta vez cada argumento se enfatizó verbalmente, incluso con la fuerza del hartazgo que conlleva los sin sentidos de este juicio.
“No quiero ser parte de operadores que conducen al Estado Argentino a incumplir con la Constitución”, había dicho Brandt y apuntó a la Fiscal Kelm: “Le pregunto al representante del Ministerio Público Fiscal si no piensa tomar alguna medida ante alguna funcionaria judicial, que sigue cumpliendo sus funciones, quien llevó a cabo la Instrucción, mientras Lucas está preso. La pieza acusatoria no fue solamente insuficiente. Hasta cuándo vamos a hacer soportar al imputado las irregularidades del Estado para llegar a la verdad de este caso”.
«Condolencias por el tiempo que lleva preso»
La abogada continuó al punto de afirmar que si la decisión del Tribunal no se revertía, el lunes hacía una presentación en el Tribunal Superior de Justicia: “Impóngame la sanción que usted considere -dirigiéndose al Juez Carlos Escudero- asumo el compromiso para con mi defendido. No es viri viri, no es saraza, tiene que garantizarse”.
Después de la exposición de la Dra. Brandt, el fiscal Cuello había aludido condolencias con el imputado por el tiempo que llevaba preso, pero continuó sosteniendo, sin argumentos, que se mantenían las condiciones de peligrosidad de Bustos. Pasaron más de dos años, sin pruebas reales que lo incriminen, con un perfil psicológico que da cuenta de que el imputado no tiene medios materiales ni socioculturales como para organizar una fuga, del mismo modo que su libertad no entorpecería la causa y con una investigación cargada de inconsistencias, pero para el fiscal, Bustos seguía siendo una persona peligrosa y se mantuvo inmutable en su decisión de rechazar el pedido de libertad para Lucas.
Al respecto, ya en la salida, el abogado Battiston señaló cómo se llegó a un juicio con una Instrucción totalmente incompleta, “con pruebas que habían sido ocultadas a las partes. Mientras se siga investigando es imposible mantener la prisión de Lucas Bustos. Durante todo el proceso hemos visto que no hay pruebas suficientes para condenarlo”.
Veintidós días después de que la defensa pidiera por primera vez el cese de la prisión preventiva, en la sala de prensa Susana Villarreal, la mamá de Lucas, sus hermanas Florencia y Verónica volvieron a llorar. Esta vez, con la certeza de que unas horas más tarde se reencontrarían con él, después de haber pasado más de dos años del otro lado de la libertad.
La salida de cada audiencia
Afuera siempre está el abrazo de quienes esperan pacientes hasta el final. El sol calienta todavía en la siesta cruzdelejeña. Los escalones de cemento alisado siguen siendo el soporte de la enorme bandera de Cecilia. Su rostro multiplicado por las paredes grises y blancas de los tribunales y el altar que ya se hizo aroma en su nombre.
Las dos se llaman Susana. La mamá de Cecilia, la mamá de Lucas. Se abrazan, saben que esta audiencia se acercó un poco a la justicia. La foto del día viernes 10 de junio, son ellas y un montón de personas que se siguen encontrando sobre esas escaleras, sosteniendo con firmeza los carteles por la verdad.