27 de febrero 2023
«A parar, a parar, la represa criminal…”.
Un grupo de mujeres mapuche avanza, sus manos aferradas a un lienzo negro que dice: “Pilmaiken resiste”. Traspasan el portón de ingreso a la construcción de la central hidroeléctrica Los Lagos. Es el mediodía del jueves 23 de febrero en el sector Carimallin, comuna de Río Bueno, Región de Los Ríos. El cielo, surcado por lacrimógenas y disparos de Carabineros. Apuntan al cuerpo, a los rostros de familias de la zona que se reunieron, una vez más, para manifestarse en contra del proyecto de la empresa estatal noruega Statkraft.
Los disparos alcanzan cabezas, pómulos, orejas, espaldas. Los tres funcionarios del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) presentes en el lugar se meten en su automóvil y se alejan ante la lluvia de gases y disparos. Uno de los perdigones ingresa en el ojo derecho de un joven. Es trasladado de urgencia al hospital de Río Bueno. En la tarde, en Valdivia, es sometido a una intervención quirúrgica: aún no sabe si recuperará la visión.
“No debiéramos tener represión nosotros, que pertenecemos a esta tierra y estamos defendiendo un río. El río Pilmaiquén es el río de las almas, algo muy antiguo. La transgresión que se hace de las aguas es algo muy delicado para la espiritualidad de nuestro pueblo”, dice, entre gases lacrimógenos, Soledad Paisil Quintupurray. Acompañada de otras mujeres, llegó hasta la puerta de la Central Hidroeléctrica Los Lagos desde Mawidantu, territorio hoy conocido como El Encanto, en Puyehue. Soledad tiene 48 años y es lawentuchefe, autoridad espiritual y sanadora del pueblo mapuche.
“Lo que está en juego es la salud, la espiritualidad, el futuro. Nuestra lucha es para que podamos seguir haciendo lawen, la medicina que preparamos con nuestras plantas nativas. Esas plantas que usamos para curar -incluso a mucha gente no mapuche que viene en búsqueda de sanidad- están siendo afectadas por la construcción de esta central hidroeléctrica. Y ese daño es irreversible”.
Especies en peligro de extinción
La central hidroeléctrica pertenece a la empresa noruega Statkraft, la generadora de energía renovable más grande de Europa. Como es de propiedad estatal, es una proveedora importante de los ingresos fiscales del país escandinavo.
“Pagamos la luz más cara del país y estamos rodeadas de hidroeléctricas, que encima destruyen nuestros ríos. ¿Por qué no hacen esto en su país, por qué tienen que vulnerar derechos ajenos?”, se pregunta Sandra Enríquez, nacida hace 54 años en estas tierras y otra de las mujeres que llegó a la puerta de la Central Los Lagos.
En 2002 Statkraft creó la compañía SN Power, un joint venture con el banco de desarrollo Norfund, también de propiedad estatal noruega. Fue así que Statkraft, bajo el nombre de SN Power, llegó a Chile en 2004.
En su página web informa que en 2015 Statkraft “adquiere los activos de la sociedad Empresa Eléctrica Pilmaiquen: la central hidroeléctrica Rucatayo, en operación desde 2012, y dos proyectos hidroeléctricos en el río Pilmaiquen: Osorno y Los Lagos”.
Ésta última, que está siendo resistida por las comunidades mapuche de la región, ya lleva un avance de un 70% en su construcción, según aseguró la propia empresa en entrevistas de prensa.
“Estamos a favor de la naturaleza, nos cortan los ríos y nos cortan la conectividad. Nuestra cosmovisión dice que cuando morimos, nuestras almas transitan por las aguas, desde la cordillera al mar: es el viaje al Wenu Mapu (el cielo). Por eso nuestros cementerios están siempre cerca de los cursos de agua. Con estas obras se pierde el equilibrio, y por eso nos estamos enfermando. Eso nos dicen nuestros ancestros”, dice Sandra Enríquez.
La ciencia también dice que el desequilibrio y el daño serán irreversibles. Cecilia Smith Ramírez es bióloga, profesora e investigadora en Ecología de la Universidad de Los Lagos. Según sus estudios “varios tipos de enredaderas, las nutrias de río y varias especies de anfibios, como así también peces nativos, van a ser afectados por la construcción de la hidroeléctrica Los Lagos. Son especies en peligro de extinción y vulnerables a la extinción, categorías de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y además especies decretadas por ley como protegidas por el gobierno de Chile. Sin embargo no están mencionadas en las Evaluaciones de Impacto Ambiental. Además hay varias especies con valor espiritual y medicinal que van a ser afectadas”.
Para hablar de este y otros temas, este medio solicitó una entrevista con algún representante de la empresa Statkraft. No hubo respuesta.
Un conflicto de más de 14 años y el silencio noruego
Hace poco más de un mes Statkraft anunció que desistía del proyecto hidroeléctrico Osorno. En un comunicado explicó que la decisión “tiene como base el respeto de estándares internacionales de derechos humanos y, en particular, el respeto por los derechos de los pueblos indígenas”.
Sin embargo, fueron las sucesivas presentaciones judiciales de las comunidades en resistencia las que determinaron la inviabilidad del proyecto, que inicialmente desconocía la presencia de las comunidades ribereñas y pretendía inundar un cementerio y la morada del Ngen Mapu Kintuante.
“El río Pilmaiken es la columna vertebral del territorio, y por la columna baja una energía importante en todo nuestro cuerpo. Y al mismo tiempo son las venas para poder circular. Si nos cortan el Pilmaiquén no podemos caminar. Si la Central Osorno está paralizada es porque se luchó, y se luchó durante muchos años. Y si la central Los Lagos va a detenerse es porque tenemos que retomar fuerzas y volver a luchar. Porque sin el río no somos nada”, dice la machi Millaray Huichalaf, quien encabeza la defensa del río Pilmaiquén hace más de 14 años.
“Hablan de diálogo con las comunidades y de respeto a los pueblos indígenas, y no respetan el convenio 169 [de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, que establece la consulta obligatoria a los pueblos originarios para medidas que les afecten].”, dice con la oreja ensangrentada, Juan Huichalaf, de 62 años y werken de su comunidad.“
«El río Pilmaiquén es parte de un complejo ceremonial muy antiguo … O sea que si Statkraft dice respetar, tiene que dejar nuestro territorio. Invitamos a los medios de comunicación a que vean lo que está pasando en el lugar de las obras. Hay cosas que no se dicen porque Statkraft paga por el silencio. Hay un bloqueo informativo. La semana pasada murieron dos personas en un accidente de tránsito con una micro con trabajadores de Statkraft, pero en las noticias no se nombra a la empresa. Acá hay movilizaciones y en diferentes festivales se habla de la defensa del río y sin embargo no sale nada en los medios de comunicación. Esa es la estrategia de Statkraft”, continúa Huichalaf, que este jueves recibió cuatro perdigonazos en la espalda y dos en la cabeza.
“Responsabilizamos al Estado noruego y al embajador por esta represión, por la invasión a nuestro territorio y por el ecocidio que están causando en abierta contradicción con los estándares internacionales en materia de derechos humanos, a los cuales el propio Estado noruego dice adherir”, afirma.
La respuesta al pedido de entrevista con el embajador noruego en Chile, Jostein Leiro, respecto al proyecto de Statkraft, fue la siguiente: “Muchas gracias por su correo. Desgraciadamente el embajador no está disponible para comentar este caso. Por cualquier otra cosa, estamos a su disposición”.
Una carta al presidente
Desde la organización Aylla Rewe del Ngen Mapu Kintuante, que agrupa a diferentes lof en resistencia, denuncian que “el proceso de consulta, producto de resolución judicial, sobre hallazgos arqueológicos a cargo del Consejo de Monumentos Nacionales se encuentra viciado. Ha sido impuesto de forma unilateral, sin consensuar con las comunidades ancestrales la forma de implementar el proceso de consulta en el territorio”.
Las comunidades participantes, entre las que se encuentran entre otras pu lof Kauye, Antüllanka, Mantilwe, Kolli Mawizantü, Pilmayken, Txafün, Zoyiñko, Daglipülli y Künko, tampoco encontraron soluciones a través del programa de gobierno el Plan Buen Vivir.
Hace 14 años, cuando la machi comenzó la defensa del río Pilmaiquén, sólo la acompañaba su familia. Hoy son más de 50 las comunidades que se oponen al proyecto de Statkraft, además de personas de diferentes ámbitos.
“Nos solicitaron un petitorio, hemos entregado nuestras demandas referidas a la protección del río Pilmaiquén y no hemos tenido respuesta. Todos los gobiernos han seguido la misma dinámica, hacer oídos sordos y que prevalezcan los intereses de la transnacional noruega por sobre las comunidades. No han respetado tratados internacionales respecto a la protección del medio ambiente y las comunidades nativas del territorio”.
Ante esta situación, el 19 de enero de este año le hicieron llegar, a través de los funcionarios del programa Buen Vivir, Jorge Figueroa y Erwin Betti, una carta al presidente Gabriel Boric. En ésta se le pide la urgente intervención para salvar al río Pilmaiquén y se detallan los derechos que se están violando con esta obra:
El derecho a la vida.
El derecho a tener y practicar nuestras propias creencias, culto o cosmovisión.
El derecho a la alimentación.
El derecho a acceder al buen vivir (küme mongen).
El derecho a proteger nuestros bosques y ríos.
El derecho a tener la mayor cantidad de aguas limpias y libres.
El derecho al propio territorio.
El derecho a vivir en un Medio Ambiente libre de contaminación.
“Nuestros antepasados vienen resistiendo en la zona del Pilmayquén frente al genocidio y despojo desde el siglo XIX; las familias Mafil, Queulo, Antillanca, Marriao, Anchil o Malpu somos quienes hemos enfrentado las políticas de reducción y sometimiento del Estado chileno tras imponer su colonización alemana. Acorralados en reducciones nos forzaron a vivir y trabajar para los usurpadores; nuestro despojo siguió con las políticas de chilenización que también son de asimilación, invisibilización y expropiación de nuestra cultura ancestral. Aun así, la existencia del Complejo espiritual Ngen Mapu Kintuante aledaño y conectado indisolublemente con el río Pilmaiken ha permanecido, manteniendo y dando continuidad hoy a nuestro ser mapuche y aglutinando la unidad cultural y espiritual de nuestro pueblo Mapuche williche”, dice la carta en la que se solicita al estado de Chile la paralización inmediata de las obras de la central hidroeléctrica Los Lagos como un acto de buena fe mientras se realice el proceso de consulta previa, libre e informada sobre hallazgos arqueológicos no previstos en dicho proyecto, que violan los estándares internacionales como el Convenio 169 de la OIT.
“Tenemos esperanza”
A la ruka de la machi Millaray Huichalaf llega gente todo el tiempo. Vienen de territorios vecinos y de algunos muy lejanos. Es común también encontrarse gente de Santiago de Chile. Además de pacientes -no todos mapuche-, llegan de diferentes comunidades para traer lawen, invitarla a ceremonias, pedirle consejos o brindarle apoyo.
El jueves en la tarde, luego de la represión en la puerta de la Central Hidroeléctrica Los Lagos, mientras los teléfonos y las redes sociales eran un ir venir de fotos y videos, mientras se le quitaban los perdigones de la espalda a uno de los jóvenes y otro iba en viaje a Valdivia para salvar su ojo, la machi recibió a un grupo de docentes y estudiantes de universidades de Chile y Estados Unidos. Sarah Kelly es geógrafa y desde hace más de cuatro años estudia el caso Pilmaiquén, atraída por “la gran importancia del Ngen Kintuante para el pueblo mapuche williche y por el riesgo de que se cometa un desastre ecológico, social y cultural si se pone en funcionamiento la central hidroeléctrica”. Una de sus alumnas le leyó el informe a la machi que será traducido a varios idiomas. La tarde se fue haciendo noche y la machi, que escuchaba mientras amamantaba a su niña de dos años, despidió al grupo con estas palabras:
“Tenemos la esperanza de poder sensibilizar a la gente consciente. Dentro de todos nuestros esfuerzos de lucha, que nos entiendan personas que tienen otra forma de pensar es lo más difícil. Salir a protestar, levantar una pancarta, gritar y tirar una piedra… eso no es tan difícil. Pero tenemos la esperanza de seguir construyendo, y de que esas mentes y esos espíritus puedan escucharnos. Porque Kintuante, cuando estaba todo a favor de la empresa, pidió que habláramos de nuestros secretos. Y de repente uno tiene temor a hablar de nuestros secretos como pueblo ancestral porque son mal utilizados, y porque nos despreciaron tanto tiempo y se burlaron de nuestras creencias y nuestras costumbres. Por eso hoy contamos nuestros secretos, para que la gente sensible que esté espiritualmente preparada y quiera cambiar algo nos acompañe. Yo creo que vamos a lograrlo, y va a quedar en nuestra historia de resistencia. Porque acá se ven nuestros chiquititos. Ellos andan en todo con nosotros. Y un día ellos van a querer correr o caminar por el Pilmaiquén. Navegarlo. Recolectar hongos, recolectar hierbas. Comer un pescadito. Poder morir y volver. Entonces hay que darse energía, hay que darse ánimo para continuar. Creo que la palabra llega igual y así ojalá podamos tocar a otras gentes y conectarnos con otras personas para proteger a este río”.