13 de febrero 2023
La voz de Diego irrumpe en la puerta de los tribunales de San Martín. Son los parlantes instalados en el escenario el primer día de audiencias. «Vamos che dale» se escucha. Es la grabación en vivo de uno de los shows que dio con su banda «Payaso Ortopedia». Y es que a Diego Cagliero le gustaba cantar y hacer música. Estaba a punto de ser papá el 19 de mayo de 2019 cuando fue asesinado por la policía en la avenida Márquez y Campo de Mayo, Martín Coronado.
Bajo la modalidad de juicio por jurados, están rindiendo cuentas los efectivos del comando de patrullas de Tres de Febrero, Rodrigo Canstatt y Sergio Montenegro, acusados de homicidio agravado por ser miembros de una fuerza policial, por el uso de arma de fuego y tentativa de homicidio. Comenzó el pasado lunes 6 y se prevé que las jornadas duren hasta el 17 de febrero, con la participación de más de 50 testigos.
Tras una presunta denuncia de intento de robo en un supermercado «Día» de Martín Coronado, la policía siguió a la camioneta Fiat Ducato en la que estaban Diego y sus siete amigos, los interceptó y comenzó una balacera. Los jóvenes salieron del vehículo con las manos en alto. En el asiento trasero quedó tendido el cuerpo de Diego. Una bala le había entrado por la espalda y perforado la vesícula, mientras que Mauro Tedesco, otro de los chicos, sufrió heridas graves. Según se pudo determinar en la investigación, los policías Canstatt y Montenegro dispararon al menos 13 veces con sus armas reglamentarias en contra de la camioneta.
Inmediatamente, la policía intentó instalar la versión de que se había tratado de una persecución que había terminado en un tiroteo. Incluso el intendente Diego Valenzuela publicó en sus redes sociales una felicitación hacia los policías por su accionar y nunca se retractó. Además, alteraron la escena plantando armas de fuego que justificaran la versión policial. Sin embargo, las pericias determinaron que esas armas halladas en la camioneta no habían sido disparadas, desmintiendo así la hipótesis del enfrentamiento.
La voz de Gonza, amigo de Diego, se escucha entrecortada por los altoparlantes. La mano le tiembla tanto que se mueve de lado a lado. Lleva su otra mano al micrófono para intentar contener ese movimiento involuntario. Se quiebra, respira y ya bien firme vuelve a gritar: ¡Justicia por Diego!
Los Tribunales de San Martín están totalmente vallados, cinco efectivos de la policía federal custodian la entrada. Toda la cuadra está empapelada con sus fotos. En la más conocida se lo puede ver en un escenario con su banda. Camisa blanca y una corbata medio suelta. Media sonrisa y el micrófono pegado a la boca. Familiares, amigos y organizaciones sociales acompañaron el primer día de audiencias. El objetivo en las siguientes audiencias es llenar la sala.
Son cerca de las diez de la mañana cuando Adriana García y Horacio Cagliero, suben al escenario. Los llaman para subir a la sala casi a la misma vez. La primera jornada es la selección de los 12 jurados. Adriana García se saca la remera de Diego que reza «juicio y castigo». Deja colgar sobre su camisa verde un dije de colibrí y se pone un pin con la cara de su hijo. Horacio cuenta que empieza una etapa muy difícil y dice: “Pero la parte más difícil empezó ese 19 de mayo cuando asesinaron a Diego. Difícil en mi caso fue avisarle a su madre que habían matado a su hijo, avisarle a las hermanas que habían matado a su hermano”.
“Como no somos cultores del odio, no queremos venganza queremos justicia, y la única justicia posible es cadena perpetua que no va a calmar nuestro dolor pero por ahí donde está Diego se va a sentir un poquito más aliviado. Son 10 días largos, de remover cosas, de escuchar las cosas que van a decir los que defienden a estos señores, tenemos que estar tranquilos y sobrellevarlo. No nos queda otra”, finaliza Horacio.
“La ausencia de Diego es algo que no tiene descripción”, dice Adriana, y cree que durante las jornadas del juicio van a tratar de poner en palabras el silencio que Diego les dejó. “Uno de mis nietos conoció brevemente a su tío, y su hijo jamás lo pudo ver. Sin embargo si ustedes lo pudieran ver caminar verían que mágicamente es la imagen de Diego. El policía que asesinó a Diego, eso no nos lo pudo quitar”, dice Adriana con una mano en el corazón y sus ojos llenos de lágrimas. Agarrada bien fuerte de la mano de su otra hija, asegura: “Nos enfermaron la mente, el corazón, el cuerpo y nos destrozaron. Pero nosotros vamos a presentarnos acá fuertes, a casi 4 años del asesinato de nuestro hijo, de nuestro hermano, del papá, del primo, del sobrino”.
Adriana cree también que a Diego se lo va a volver a matar cada día que dure el juicio. Teniendo que escuchar en esa sala cómo se defienden los asesinos de su hijo. A casi 4 años de ese fatídico día, Adriana asegura: “No creemos en la justicia pero tenemos esperanza que Diego hoy esté más vivo que nunca”.
El proceso estará a cargo del juez José Luis Machado, presidente del Tribunal Oral Criminal Número 1. La fiscal a cargo es María Fernanda Billone y el abogado de la familia Cagliero es Fernando Sicilia. Cabe destacar que ambos acusados llegan al juicio en libertad.