“La situación de violencia que se vive en el país satura a las fiscalías y en muchos estados no hay recursos suficientes para el día a día.”
Jairo Hernando Vivas, experto en identificación humana del Grupo Coordinador del Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF).
Una necropsia “bien hecha” lleva entre 3 a 6 horas completarla, pero algunas fiscalías locales en México solo tienen un médico forense para 12 horas y llegan a hacer hasta 10 necropsias. ¿Cuántos médicos forenses se requieren para los más de 50 mil cuerpos sin identificar en México? ¿Y cuántos se necesitan para devolver a las familias de Guatemala los restos de sus migrantes hallados muertos aquí?
Jairo Hernando Vivas, médico forense experto en identificación humana del Grupo Coordinador del Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF), cuenta la complejidad que hay en las fiscalías locales, más en las que tienen alto índice de muertes violentas, para tratar la crisis forense en México.
“Uno mira cómo están trabajando los colegas y no tienen el tiempo suficiente para hacer una autopsia, para dejar registro de toda la evidencia necesaria, no solo para la identificación, sino para la investigación del crimen. Entonces también es entendible”, dice el médico: “Mirar los toros desde la barrera es fácil, pero ¿qué está ocurriendo en ese momento? ¿Por qué no lograron identificar estos cuerpos?”.
Estas mismas fiscalías locales, que tienen la custodia de los cuerpos, son las que deben enviar las carpetas de investigación sobre desaparición de personas a la Comisión Nacional de Búsqueda para completar el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o no Localizadas.
Cualquier ciudadano, periodista o integrante de una ONG que quiera consultar el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o no Localizadas para saber cuántos inmigrantes hay reportados como desaparecidos se topará con un abismal subregistro.
La CNB publica solo el 9.6% del total de reportes de migrantes desaparecidos que tienen las fiscalías en México. Este subregistro se halló al solicitar a las 32 fiscalías locales las cifras totales de migrantes desaparecidos en México, entre 2017 y 2022.
Tras recibir respuesta de 26 fiscalías, se concluyó que hay un total de 1270 migrantes reportados como desaparecidos ante estas oficinas locales, pero la cifra es muy dispar con la mostrada públicamente. La CNB sólo ha contabilizado 124, en ese mismo periodo, es decir, una brecha abismal entre el total de reportes de las fiscalías y lo publicado en el Registro Nacional. Sobre los migrantes desaparecidos y hallados muertos, las fiscalías respondieron a tener un total de 64, pero la Comisión Nacional de Búsqueda sólo registró 2.
Para obtener estas cifras, este equipo de investigación envió 157 solicitudes de acceso a la información a gobiernos estatales y federales, e incluso a la misma Comisión Nacional de Búsqueda.
Además, sometió recursos de revisión con fiscalías como la del Estado de Nuevo León que, en un principio, alegó que le era “humanamente imposible” saber cuántas carpetas de investigación y reportes de inmigrantes desaparecidos tienen.
La CNB acepta que hay un subregistro en los reportes de inmigrantes desaparecidos
Tras procesar los datos se llegó a la conclusión de que hay un subregistro en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o no Localizadas, algo que aceptó la Comisión Nacional de Búsqueda.
Pero, ¿por qué existe un subregistro si la principal fuente de información de ese registro nacional son las fiscalías locales?
Se requirió a la CNB saber por qué las fiscalías estatales, en solicitudes de acceso a la información, respondieron que tenían reporte de 1,270 inmigrantes desaparecidos, cuando la cifra pública de su registro es de apenas 124.
Luego de insistir 6 meses por una entrevista, la CNB accedió y dijo que tenían alrededor de 1,300 inmigrantes contabilizados como desaparecidos en una base de datos no pública, que se negaron a compartir al decir que está en una “fase de homologación”.
“La cifra que nosotros manejamos en nuestra dirección de búsqueda de personas migrantes son alrededor de 1,300 personas. Justamente caracterizando los casos de los que tenemos conocimiento y damos seguimiento y que luego se está haciendo su búsqueda”, mencionó Sonja Perkič, Directora General de Acciones de Búsqueda de la CNB.
En entrevista para esta investigación aceptó que existe un subregistro público en la RNPDNO y lo atribuyó a que los reportes hechos carecen de certeza y que esos datos “no tienen suficiente información para poder rastrear”. Entonces, ¿lo que marca la base pública nacional es un subregistro?, se le cuestionó.
“Sí, de hecho nosotros estamos conscientes de este subregistro porque justamente es difícil rastrear la información. Te repito, son casos que estamos preparando y rastreando para tener una información certera”, dijo Perkič.
Retrospectiva forense: El reto de México de identificar los cuerpos anteriores a 2019
Entre los más de 50 mil cuerpos no identificados en México, el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF) no descarta que haya migrantes, pero saber a quiénes pertenecen lo hace muy complejo, considerando el rezago que tiene el país en atender la crisis forense.
“Nosotros partimos de cuerpos que no tiene nombre y, por lo tanto, no tenemos un indicio, poniéndolo en esos términos o sospecha alguna, que se puede tratar de un migrante”, dice Jairo Hernando Vivas, médico forense experto en identificación humana del MEIF, y agrega: “Eso lo hace mucho más complejo y exigente”.
“¿Qué va a ser lo más difícil? Si bien es difícil trabajar o tener información de las personas dadas como desaparecidas en el país, mucho más difícil va a ser tener la de otros países”.
El MEIF trabaja para mejorar la información que recolectan y someten las fiscalías locales al hacer exhumaciones de restos hallados del 2019 hacia atrás. Ahora, trabajan con al menos tres fiscalías locales, la de San Luis Potosí, Zacatecas y Tamaulipas, en un proyecto de identificación retrospectiva para estudiar los cuerpos que están sin identificar en las morgues.
En la entrevista aclara que ellos solo dan la metodología a las fiscalías e intentan hacer los ‘match’ del ADN con nombres de las bases de datos de personas reportadas como desaparecidas o no localizadas. “Los dueños de la información siguen siendo las fiscalías estatales”, reiteró, y agregó: “Todo el tiempo tanto la información como el cuerpo sigue en custodia de las fiscalías”.
Sin embargo, el trabajo con las fiscalías se da con convenios, a los cuales éstas no están obligadas a firmar o seguir. Por lo tanto, para trabajar con el MEIF deben confiarse de la “voluntad política”.
Buscar desde Centroamérica
Cecilia Delgado Grijalva es una buscadora mexicana. Ella fundó Buscadoras por la Paz, un grupo de madres buscadoras de Hermosillo, Sonora, cuando desapareció su hijo, que tiempo después encontró muerto. Ahora busca también a su sobrino.
Una madre que sale al campo con un pico y una pala para darle, al menos, un descanso en paz a su hijo, es testimonio vivo de la grave realidad que atraviesa México. Pero, también lo es de la lucha y persistencia de estas mujeres que no dejan de buscar.
A ella acuden, por teléfono o redes sociales, madres de Centroamérica, Guatemala en particular, para pedirle su ayuda.
"Tengo muchos casos en la página de madres que pierden a sus hijos en camino al sueño americano. Me hablan llorando, me dicen que estaba en un lugar cuando fue la última vez que se comunicó con ellas. Y nosotras no tenemos el acceso rápido a una búsqueda inmediata. Eso nos mata, no poderlas ayudar al 100%. Puedo ayudarles a difundir su ficha de búsqueda pero muchas veces están en otros lugares, como Tamaulipas, y no tenemos acceso. Y pues la verdad que siento su sufrimiento y más porque ellas no pueden estar acá en México", contó Cecilia en medio de una búsqueda en marzo.
"Las vuelven a revictimizar cuando ellas piden su visa humanitaria para venir acá a buscar a sus hijos. Se encuentran con muchas trabas", explicó: “Sufrimos lo que ellas están sufriendo y sabemos lo que es ese dolor”.
Esta nota forma parte de la investigación Migrar y Desaparecer realizada por dos periodistas de Perycia, Verónica Liso y Rosario Marina, junto con Gabriela Villegas de México y Andrea Godínez de Guatemala.
Durante 8 meses investigaron las desapariciones de migrantes en la ruta que va desde Guatemala a Estados Unidos. Recorrieron el camino hacia «el sueño americano», hablaron con las familias que buscan y las organizaciones que las acompañan. Investigaron qué hacen, y sobre todo qué no hacen, los estados de México, Guatemala y Estados Unidos para encontrar a estas personas. Entrevistaron funcionarios/as, forenses, especialistas para trazar el contexto. Y fueron a los datos duros, hicieron pedidos de acceso a la información pública en los tres países, para entender la dimensión de la problemática.
Esta investigación fue realizada gracias al apoyo del Consorcio para Apoyar el Periodismo Regional en América Latina (CAPIR) liderado por el Institute for War and Peace Reporting (IWPR).