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Juicio suspendido

“Absolución para Pierina”, una historia de hostigamiento judicial

Hace dos años su empleadora -la Municipalidad de Necochea- la denunció penalmente por haber pintado durante una marcha y junto a otras personas, una pared con la frase “¿Dónde está Tehuel?”. El 6 de marzo iba a comenzar el juicio, pero el juez pidió licencia. El delito que le imputan es el de “daño al patrimonio” agravado por ser trabajadora municipal. “Es parte de un disciplinamiento a la protesta”, aseguró Pierina en diálogo con Perycia.

Por: Mariana Sidoti Gigli
Foto: Gentileza ANRED y #absolucionparapierina
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Pierina Nochetti (42) es empleada del área de Educación de Desarrollo Social de la Comuna de Necochea desde el 2017. Comenzó a trabajar como vestuarista, después fue tallerista y docente de Educación Sexual Integral (ESI) hasta que esa línea de trabajo cerró en 2019, apenas asumió la intendencia Arturo Rojas (Cambiemos). Desde entonces trabajó en el programa Barrio Cultura de Necochea, hasta que en 2022 recibió una noticia que cambiaría su vida por completo.

“Hace dos años me hicieron una denuncia penal desde la misma área de Educación de Desarrollo Social. Ese día me llamaron, me mostraron la denuncia contra mi persona y me notificaron de una suspensión sin goce de sueldo por diez días”, cuenta a Perycia. El motivo: tras la marcha del Orgullo, un medio de comunicación local había publicado fotos de una pintada en una pared del anfiteatro local que se preguntaba “¿Dónde está Tehuel?”, en la que ella aparece de espaldas junto a otras personas. La foto constituyó la prueba principal de la denuncia. Frente a semejante amedrentamiento en su propio lugar de trabajo, Pierina se comunicó con su gremio, ATE, que la puso en contacto con Francisco Arrospide, abogado que la defiende hasta el día de hoy.

“La denuncia la hizo una abogada de la Municipalidad, el caso se archivó y desarchivó después por pedido del Municipio y aprobación del fiscal”, asegura Pierina. Arrospide explica que al asumir la defensa lo primero que iba a pedir era el archivo de la causa, pero la misma ya estaba archivada. “Presenté una revocatoria, y extrañamente volvieron a abrir la causa con declaraciones de la jefa de Pierina. El fiscal decidió reabrirla y a partir de ese momento empezó el derrotero”.

El delito que se le imputa es de “daño agravado al patrimonio” y el agravante es su propio trabajo dentro de la Comuna: “En la carta que me mostraron dicen que en mi carácter de trabajadora/funcionaria yo incumplo mi Convenio Colectivo de Trabajo, que dice que tengo que velar por los bienes municipales”, aclara. El argumento es llamativo, ya que el CCT orienta ese pedido a otro tipo de bienes (como camionetas y otros materiales de trabajo). Además, asegura ella, “a todas luces yo era una trabajadora precarizada”: había pasado años trabajando sin que la subieran de categoría, como sí habían hecho con el resto de sus compañerxs. Por otro lado el Municipio había “echado a una mujer trans que transitaba un cáncer y a otra lesbiana visible”, por lo que para ella, esos antecedentes de precarización y discriminación laboral son claves para comprender su situación actual.

Persecusión, silencios y un pedido de “acción reparadora”

Pierina denuncia que hoy en día no puede asistir a jornadas de capacitación laboral -pese a que le serviría en términos económicos o para tener días compensatorios- porque personas de la órbita del Municipio la acosan: le sacan fotos, la siguen a donde va. Aun así, las autoridades locales nunca contestaron los pedidos de organizaciones como Amnistía Internacional y el CELS, que intentaron acercar posiciones en cuanto la causa de Pierina tomó estado público. Tampoco el Municipio ni la Fiscalía, a cargo de José Esteban Cipolletti, respondieron a la consulta de Perycia para obtener una entrevista.

Es el mundo del revés”, asegura la activista, que estuvo a punto de quedar fuera de la mira judicial pero decidió no avanzar en ese camino. Es que el fiscal le propuso una probation -o juicio abreviado- en el que ella debía declararse culpable y pintar de nuevo la pared con pintura blanca como “acción reparatoria”. “Me pedían que reconociera a título personal algo que había sido colectivo, me negué y por eso ahora voy a juicio”, explica. La fecha fijada era el 6 de marzo pero se suspendió a último momento, porque el juez alegó estar enfermo.

Por el delito que le imputan, la expectativa de pena es de 4 años. “Es excarcelable, o sea que presa no voy a ir. Pero es parte de un disciplinamiento de la protesta” que pretende hacer que el resto de lxs trabajadorxs y activistas hagan silencio, asegura Pierina. Y agrega que mucho de esto tiene que ver con su activismo político y de visibilidad LGBT+, en un contexto laboral donde no faltan personas con orientaciones sexuales diversas, pero no abunda el activismo. Eso, quizás, fue lo que le “costó” dos años de audiencia en audiencia mientras convive todos los días con sus denunciantes. El presente es complejo: “Siento como si después de ser discriminada en el trabajo, denunciada y enjuiciada tuviera que agradecer (si la absuelven). Es todo muy frustrante”, asegura. 

Hace un año, el fiscal ofreció una «probation» pero Pierina y su abogado decidieron ir a juicio “para que se sepa la verdad”. Deberán seguir esperando.

Para su abogado, los motivos de esta persecución son “laborales e ideológicos. No es una persona que al Municipio le resulte cómodo tener como trabajadora. Con esta causa le han arruinado la vida”, afirma. Además, dice que la única prueba que la Justicia tiene en contra de Pierina “es una foto de ella de espaldas, por la cual ni siquiera llamaron a declarar al fotógrafo que la sacó”. Ni Pierina ni su defensa niegan la autoría: insisten en que la pintada no fue delito y que además, fue parte de una acción colectiva y no individual. Arrospide confirma que en estos dos años la Comuna nunca subió de categoría a Pierina -como sí al resto de sus compañerxs-, lo que deja de manifiesto un claro sesgo (gremial y laboral) que atraviesa la causa por completo. 

Desde su procesamiento, a Pierina le costó mucho volver a trabajar tanto en la Comuna como de vestuarista, oficio que sigue desempeñando al día de hoy. “Tuve una depresión importante, no es fácil, pensás hasta dónde va el clasismo o la persecución como para mover semejante estructura en acusar a una persona por una acción colectiva, que encima era pidiendo la aparición de Tehuel, un joven que aún está desaparecido. Realmente sentís que a la gente le importa muy poco”, reflexiona a pocas semanas del juicio fallido. “Pero tengo que seguir mi vida, soy mamá y tengo que seguir llevando a los chicos a la escuela, tengo que seguir. Y quiero seguir adelante. No quiero estar perseguida”.

Gentileza: Noticias de Necochea

La proclama #absoluciónparapierina tomó relevancia pública y su caso fue cubierto por medios locales y nacionales. Incluso llegó, como se dijo antes, a ser objeto de presentaciones por parte de organismos de DDHH nacionales e internacionales. La pared en discordia sigue preguntándose dónde está Tehuel, desaparecido en el 2021 cuando salió a buscar trabajo. Pero ahora, al lado de la pregunta también hay esvásticas pintadas. Y ningún proceso penal en marcha