18 de septiembre de 2022
“No hay mucho nuevo que podamos aportar”, confiesa una fuente de la causa judicial por la segunda desaparición de Jorge Julio López, que ya lleva 16 años.
Según la fuente consultada por Perycia, en el último año se siguió trabajando –“de modo constante”- con dos líneas de investigación: por un lado, la que tiene que ver con el intento de identificar el cuerpo de López entre restos inhumados sin identificación en distintos cementerios y morgues del país. La segunda, es el estudio de la base de datos telefónicos que la fiscalía federal de La Plata logró reconstruir con la asistencia de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP).
1) La primera línea, la fiscalía está trabajando con el Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (SIFEBU), un organismo del Ministerio de Seguridad de la Nación, el Poder Judicial, los Ministerios Públicos, y cualquier otro de cualquier jurisdicción nacional, provincial, municipal o de CABA que intervenga en la búsqueda de personas desaparecidas y la identificación de personas con identidad desconocida.
En la práctica, cuando aparece un cuerpo NN, el SIFEBU busca toda la información disponible sobre ese NN. Si hay una sospecha de coincidencia con algún caso, se hace la comparación de ADN entre ese cuerpo y la muestra dejada por los familiares de la persona buscada. En el caso de la familia de López, la muestra está en la Dirección General de Asesoría Pericial, que depende de la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires. Y, sobre todo, se está relevando información de los NN enterrados en el cementerio de La Plata.
2) La segunda línea de acción tiene que ver con el trabajo con la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal del Ministerio Público, que se creó en 2015, cuyo objetivo es brindar asistencia investigativa –práctica, jurídica y científica y tecnológica- a los fiscales y fiscalas en el desarrollo de las investigaciones criminales.
En el caso de la causa López, la DATIP construyó parámetros para la identificación de sospechosos. “No podemos hablar de avances, pero sí de dificultades que se fueron salvando en estas tareas”, dice el investigador del expediente. “Por ejemplo, en el trabajo relacionado con los cruces telefónicos, hemos descartado pistas que surgieron en base a los nombres de titulares de líneas telefónicas que se correspondían con personal de centros clandestinos de detención. Es decir, había líneas activas de presuntos represores en el horario crítico en cercanías del domicilio de López, a los cuales investigamos y descartamos, pues no se trataba de represores sino de homónimos. Seguimos actualmente con esas tareas todos los días”.