Ángel Almada era un joven estudiante y músico de 17 años que cayó del puente peatonal de Ingeniero White en la madrugada del 5 de marzo de 2016 y días más tarde murió en un hospital. Angelito, como le decían, tenía la ilusión de consolidarse como violinista en la orquesta para jóvenes de Bahía Blanca.
Más de seis años después del hecho, fueron condenados dos comisarios de la policía Bonaerense que actuaron en este caso, a partir de la acusación del fiscal Marcelo Romero Jardín y la querella de la familia de Almada, encabezada por el abogado Leandro Aparicio. El 29 de noviembre la jueza Susana González La Riva condenó a Andrés Emir Mansilla y a Marcelo Fabián De La Rosa por incumplir su deber como funcionarios públicos a la pena de 10 meses de prisión de ejecución condicional y a 1 año y 8 meses de inhabilitación especial para ejercer cargos públicos.
En la investigación fueron determinadas una serie de irregularidades, sumado a un notorio direccionamiento de los testigos que prestaron declaración en la seccional de Ingeniero White con la intención de “lograr el rápido cierre de la investigación con una hipótesis de suicidio en grado de tentativa y/o suicidio”.
El fallo incluye los fundamentos de la absolución de Marcelo Acosta, exdelegado del gobierno de Héctor Gay en la localidad portuaria de White, y del resto de los imputados: Gustavo Federico Rafael Ceballos, Claudia Elizabeth Olivera y Lidia Magalí Ayala por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
La titular del Juzgado Correccional 3 confirmó que Mansilla no le comunicó en forma inmediata al fiscal lo que le pasó a Ángel. Y que el oficial De La Rosa, el otro policía condenado, solo mandó un correo electrónico tres horas después de que se conociera el hecho. A ambos la jueza les indicó que informen su domicilio y se sometan al contralor del Patronato de Liberados.
¿Qué pasó con Angelito?
Mansilla y De La Rosa se encontraban a cargo de la Comisaría Tercera de Ingeniero White, el 5 de marzo de 2016 cuando Ángel Almada fue encontrado en estado grave debajo del puente peatonal ubicado sobre calle Guillermo Torres, hecho por el cual más tarde murió.
¿Cuáles son las hipótesis que investiga la Justicia? Una posibilidad es que lo hayan matado en un robo realizado por dos personas bajo los efectos de estupefacientes, pero la más firme tiene que ver con el malestar que le causaba al exdelegado Acosta la relación entre su hija y Almada. Por esa razón habría acudido a una persona de apellido Pagotto, mencionada en el expediente, para que el joven se alejara de su hija y “se les fue la mano”.
En cualquier caso, ya quedó establecido que no fue un suicidio como pretendió establecer la policía y un peritaje de Gendarmería desmintió. En la segunda jornada del debate, el perito Alfredo Ortiz Klingner indicó que el tipo de lesiones que tenía Ángel señalan que no se suicidó sino que fue arrojado al vacío. Pero esto no fue objeto del debate en el que solo se juzgó la falta del cumplimiento del deber de los policías a cargo de la comisaría que intervino en el caso.
Sin embargo, el abogado de la familia Almada reconoció que durante el juicio se ventilaron algunos aspectos importantes del caso. “La tía de Ángel contó que la policía quiso hacerle firmar un papel que decía que había sido un intento de suicidio. El peritaje de Gendarmería confirmó que Almada fue asesinado a golpes”, expresó sobre lo ocurrido en una de las audiencias, en las cuales también “se pudo verificar lo que cada uno hizo en esos días” que rodearon la muerte del joven músico. “Es responsabilidad de la Justicia dejar correr la impunidad tantos años”, agregó Aparicio.
En tanto, el abogado indicó que “en la causa por el homicidio habría pruebas para avanzar contra ciertas personas, confiamos en el doctor Romero Jardín (fiscal) que nos acompaña con pocos recursos, y creemos que más temprano que tarde demostraremos que fue un homicidio”.
Apenas la cáscara
El ex delegado municipal de Ingeniero White, Marcelo Acosta, fue acusado por haber asumido funciones inherentes al ejercicio de la función policial y judicial, en concreto dos conductas: estar presente en los testimonios tomados en sede policial y concurrir junto a policías a retirar testigos de sus viviendas para trasladarlos a prestar declaración.
La jueza sostuvo que “no se comprobó haya presenciado ninguna declaración testimonial y quienes refieren haberlo visto en la seccional policial no indican que estuviera realizando tal acción”. Respecto al segundo punto, manifestó que el exdelegado colaboró con el personal policial en localizar los domicilios de un testigo y de quienes organizaron la segunda fiesta a la que había concurrido Ángel. Mencionó que algunos testigos relataron que “se presentó un patrullero y detrás del mismo estaba Acosta en su vehículo y juntos se dirigieron a la sede policial”. Para la magistrada, “la tarea de notificación de los testigos fue llevada a cabo por un policía y no por Acosta individualmente”. Y agregó que “no sólo Acosta era Delegado Municipal, si no que era el padre de una de las menores convocadas a declarar sin su intervención”.
En diálogo con Perycia, el abogado Aparicio enfatizó que “la testigo dijo muy claro que el exdelegado cayó a las 5.30 de la mañana con su hija y su mujer para llevar a los menores de declarar, y el exdelegado dijo que a las 8 estaba en la delegación y justo ve que pasa un móvil con su mujer y su hija, que él fue detrás de ese móvil y empezó a encontrar a los testigos”.
“Este fue un juicio por un delito leve que no tiene que ver con la gravedad de lo sucedido. Acá no se juzgó el homicidio, ni el encubrimiento ni tampoco si hubo una asociación ilícita que se puso de acuerdo, es un aliciente que dos efectivos hayan sido condenados pero nos deja con sabor a poco”, dijo Aparicio.
A la mamá de Ángel, Silvia Almada, no le caben dudas de que “Acosta actuó de mala fe, porque sabemos que no quería que mi hijo tuviera una relación con su hija”. Sobre la causa principal dijo que “hay un video donde se ve que a Ángel lo arrojan dos personas, las fotos de la causa no las sacó la policía, es un NN. Hay un montón de cosas que están en la turbiedad”.
El oscurantismo al que se refiere Silvia va incluso más allá de apelar este fallo, que apenas es la cáscara del asunto. La mujer expresó: “Hace seis años peleamos, gracias a mi abogado, al periodismo, al fiscal y a quienes me han acompañado hasta este momento, y a mi hijo me da la fuerza vamos a seguir en esta lucha, Ángel merece justicia y hasta que no se haga no va a descansar ni él ni yo”.
En su memoria
En ocasión de la convocatoria al muralista Chelo Candia para retratar a Ángel en una pared whitense, la directora de la Orquesta Escuela, Alejandra Hall, destacó el rol contenedor de estos proyectos culturales, para que “chicos que tienen quizá una infancia bastante complicada transiten esa infancia sintiendo que hay miradas, que los quieren, que estamos ahí”. Recordó que Ángel “convocaba y ponía límites a sus amigos, los incentivaba. Tenía mucha independencia y un camino que hacía que la sintiera propia, su segundo hogar, como él decía”.
Familiares y amigos de Ángel junto a la Unión de Músicos/as del Sur (UMSur) estuvieron acompañando el juicio. “Nos arrebataron a Ángel, un joven músico que participaba activamente de una orquesta escuela, que tenía proyectos, amores, ayudaba a sus compañeros, se paraba con alegría a dirigir las obras que le apasionaban, llegaba quince minutos antes de los ensayos y era el último en irse, y que luego de siete años en la orquesta comenzaba a conducir al grupo; es decir, un joven que tenía sueños, proyectos y amor por la vida”, afirmaron.
La UMSur recordó en un comunicado que “las hipótesis que intentaron instalar los responsables, funcionarios judiciales y operadores mediáticos fueron descartadas: por fuerza de coraje e insistencia de Silvia, su mamá, y quienes la acompañan, en 2017 una pericia de Gendarmería confirmó que Ángel fue arrojado desde el puente”.
La agrupación manifestó que “el crimen de Ángel representa la impunidad y la articulación de sectores que buscaron no solamente ocultar lo ocurrido, sino construir una imagen estigmatizada de un joven sin perspectiva de futuro que habría tomado una decisión fatal. Queremos recuperar la figura de Ángel”. Y enfatizó que “la impunidad es el alimento del miedo. Las organizaciones de la comunidad no podemos aceptar que unas minorías poderosas maten a nuestros pibes y no pase nada: esa impunidad garantiza un presente y un futuro donde ellos aprendan que hay que agachar la cabeza y que la libertad y la democracia son palabras huecas, sin eco ni textura. El crimen contra Ángel es también un crimen contra las niñeces y las juventudes”.