—¿Y qué hago con todas las cosas del chabón?
—Sacá todo a la calle que este no sale más.
Sergio Paroldi, el dueño del monoambiente que desde hace ocho meses alquilaba Fernando ‘Tedi’ Sabag Montiel, miró fijo al efectivo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), mientras un oficial ayudante completaba el acta para devolverle las llaves de su domicilio. Una semana después de estar custodiando la puerta del departamento 3, tras el segundo allanamiento a la casa del atacante, los policías aeroportuarios iban a dejar el lugar.
Las pertenencias del atacante de Cristina Fernández de Kirchner, junto a algunas de Brenda Uliarte, seguían desperdigadas en el monoambiente de la calle Uriburu, en San Martín. Sergio necesitaba alquilarlo nuevamente, pero la sugerencia del oficial de la PSA no lo convencía. Tampoco le habían dejado un papel en el que lo autorizaran a tirar todo.
Después de que se fuera la PSA, el sábado 17 de septiembre, Sergio y otros amigos y vecinos de San Martín limpiaron y embolsaron todo lo que había quedado en el monoambiente. Perycia acompañó al grupo en esa tarea que buscaba ponerle fin al paso de un neonazi por un barrio de desaparecidos. Sin embargo, durante esa jornada, comenzaría otra historia.
Entre los objetos que la fuerzas de seguridad dejaron en el departamento, además de dibujos con estrellas de ocho puntas, cinco libros de la colección Un paseo por el cosmos, un anillo y una pulsera como las que Sabag Montiel tenía el día de su detención, un manojo con cuatro llaves de diferentes vehículos y papeles con direcciones y teléfonos anotados, los vecinos encontraron un chip de celular de la empresa Claro.
El hallazgo del chip
Una de las testigos del primer allanamiento encontró el chip cuando volvieron a limpiar el departamento, ese 17 de septiembre, entre unos papeles que estaban en el piso. Desde la madrugada en la que la Federal ingresó al monoambiente ni Sergio ni sus vecinos y amigos habían vuelto allí, pese a que la custodia del lugar recién comenzó después del operativo de la PSA.
—Ya lo habíamos visto en el primer allanamiento —cuenta la testigo—. Estaba dentro de un cajón entre unos papeles, con una bolsa que tenía cables y carcasas de celulares. No sabemos por qué no se lo llevaron.
El 2 de septiembre, recuerda, durante la primera inspección, los oficiales de la Federal le pedían que prestaran atención a lo que iban encontrando o incluso que abrieran alguna cartera, “así, sin guantes”, dice la testigo. Pero “la cosa se puso más seria”, asegura, cuando encontraron las balas: cien cartuchos intactos calibre 32 automático, según figura en el procesamiento. “Después no volvimos a entrar hasta que fuimos a limpiar”, cuenta.
El día de limpieza, sigue la testigo, los papeles que habían visto en el cajón estaban desparramados en el piso. “Cuando los levantamos, el chip seguía ahí”.
Consultada por Perycia, Cristina Caamaño, exfiscal y exinterventora de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), la consideró una deficiencia grave que ambos allanamientos hayan pasado por alto ese chip. “Se está haciendo todo para que el caso no se resuelva”, dijo.
¿Tirar todo?
Fuentes de la PSA indagadas por Perycia ante el hallazgo del chip y la orden de «embolsar y tirar» las pertenencias del detenido, insistieron en que el operativo se había hecho correctamente.
Sin embargo, el Capítulo sobre Restitución de objetos secuestrados del Código Procesal Penal de la Nación y el de Malversación de caudales públicos del Código Penal indican que las fuerzas de seguridad no pueden disponer de los bienes de un detenido y decidir su destino definitivo.
Los objetos de ‘Tedi’, señalan ambos Códigos, deberían haberse resguardado temporalmente. De esta forma, material sensible para la investigación como un chip de celular, no correrían el riesgo de terminar en la basura. Cabía también, según tres fuentes judiciales consultadas, la posibilidad de que Juan Martín Hermida, el defensor oficial de Sabag Montiel, hubiera solicitado la restitución de las pertenencias de su representado.
Al respecto, la exfiscal Caamaño detecta una falta grave en no haber nombrado al dueño del domicilio como depositario judicial de las cosas de Sabag Montiel y de Uliarte. “Habitualmente todas esas cosas se las queda la familia (del detenido), pero sino el juzgado y la policía deben nombrar a alguien como custodio temporal o dejarlas en la fiscalía. Es todo muy raro”.
El chip y la respuesta del juzgado
Cuando Fernando Sabag Montiel fue detenido el 1 de septiembre alrededor de las 21:30, llevaba un celular con un chip Movistar. Esa madrugada, en el primer allanamiento de la calle Uriburu, la Policía Federal se llevó elementos claves para la causa, como las balas que coincidían con el revólver que intentó disparar en Recoleta. Sin embargo, como señala el procesamiento del atacante, no se secuestró ningún teléfono móvil o tarjeta SIM.
El 4 de septiembre Brenda Uliarte, pareja de ‘Tedi’, fue apresada por la policía en Palermo. Entonces tenía un celular con un chip de la misma compañía, que se incorporó a la investigación.
Del segundo allanamiento en San Martín, pedido por el fiscal Carlos Rívolo y realizado por la PSA el 7 de septiembre, los oficiales se llevaron, entre otras pruebas, cuatro celulares en mal estado, uno de ellos con otro chip Movistar. En simultáneo, en la localidad de San Miguel, en la casa de Lucas Ocampos, expareja de Uliarte, donde ella pasó la noche posterior al ataque, otros efectivos secuestraron la bolsa blanca en la que habrían trasladado el arma y un celular con una tarjeta SIM de Personal.
Es decir, las fuerzas de seguridad recolectaron un total de cuatro tarjetas SIM de diferentes teléfonos. Dos de esas líneas, señala el procedimiento, estaban activas y a nombre del detenido.
Pensando en su eventual valor probatorio, este medio quiso entregar el chip Claro al Juzgado Federal N°5 de María Eugenia Capuchetti, en el tercer piso de Comodoro Py.
La respuesta del titular de la secretaría N°9 Federico Carlos Clerc, quien instruye el expediente, por intermedio de un empleado judicial, fue tajante:
—En los dos allanamientos ya se recuperó la prueba necesaria para el caso.
Ante la insistencia de Perycia de que la tarjeta SIM podría contener —o no— información sensible para la causa, el empleado fue a consultar nuevamente al secretario.
—Imaginen si tuviéramos que recibir a todos los que quieren aportar algo en la causa, no daríamos abasto—, dijo después de confirmar el rechazo.
—¿Y qué hacemos con el chip?
—Si quieren pueden presentarlo a través de un abogado penal —sugirió el empleado a desgano.
Una citación sorpresiva
“Es la causa más importante del país en estos momentos y la están manejando muy mal”, retoma Caamaño. “Lo correcto hubiera sido que recibieran esa prueba y les tomaran una declaración ahí mismo. Es un horror que les hayan dicho que no la necesitaban”, sostiene la exfiscal.
El mismo martes que este medio se acercó a Comodoro Py para entregarle el chip al secretario de la jueza Capuchetti, Sergio Paroldi —dueño del monoambiente— fue citado a la Defensoría Oficial de Hermida, según figura en el documento que le entregaron en su domicilio, a prestar una declaración testimonial ante el defensor. “No tengo idea por qué me llaman, ya dije todo antes”, le dice Paroldi a Perycia. Quien firma la citación es Jorge Stornelli, secretario de la Defensoría Pública Oficial, y hermano del fiscal Carlos Stornelli.
A un mes del hecho que conmocionó a un país entero, el avance de la investigación se pone espeso.