El 20 de agosto de 2012, la Comisión Provincial por la Memoria, el organismo que tiene bajo custodia el tenebroso archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la provincia de Buenos Aires (DIPPBA), respondió a un pedido del Tribunal Oral Federal de La Plata N° 1 que presidía el juez Carlos Rozanski. El tribunal estaba juzgando a una veintena de represores de la policía liderados por Ramón Camps, que habían secuestrado, torturado y asesinado cientos de personas en la provincia de Buenos Aires.
El organismo le presentó un informe de 434 páginas con información recopilada en el archivo DIPPBA, en el que se detallaban secuestros, homicidios y allanamientos en todo el territorio de la provincia más poblada. Junto al informe, se incorporaron varias cajas que contenían anexos y las copias certificadas de cada uno de los legajos que se mencionaban. Esos partes de inteligencia fueron pruebas cruciales para sostener la condena judicial contra los asesinos, muchas de ellas a prisión perpetua.
Entre todo el material aportado por la CPM, había un dossier titulado “CASAS ACTIVAS DE MONTONEROS EN MAR DEL PLATA, BAHÍA BLANCA Y LA PLATA (junio 1976 – agosto 1977)” que pasó desapercibido: ni siquiera mereció una mención explícita en las 1784 páginas que desplegarían unos meses más tarde los fundamentos del fallo.
Tras el golpe cívico, eclesiástico y militar del 24 de marzo de 1976, las fuerzas de seguridad profundizaron la cacería de militantes de las organizaciones políticas, sociales (armadas o no) en las principales ciudades de la provincia de Buenos Aires. En La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca —la capital y las dos urbes más grandes— operaba la Columna 27 de la organización Montoneros, con fluidos vasos comunicantes. Muchas veces, cuando un militante tenía que “levantar” una casa por el secuestro de algún compañero o compañera, la organización lo trasladaba de ciudad y le conseguía un refugio en casa de otros u otras militantes. El informe “Casas Activas…” demuestra que las áreas de inteligencia de las fuerzas de seguridad copiaron el esquema de articulación: incluso secuestraban militantes en una ciudad y sus cuerpos acribillados aparecían en otra, presentados como víctimas de falsos enfrentamientos.
Perycia exhuma ahora el documento del expediente, que demuestra la articulación de la inteligencia de las Fuerzas de Seguridad y el “efecto dominó” que esa información provocó en la sucesión de caídas de las casas operativas —muchas de ellas con artefactos tecnológicos ocultos en los llamados “embutes”—, y el secuestro y asesinato de los militantes en sus casas o en la calle. Y lo presenta en un mapa georreferenciado para poder apreciar la sucesión temporal y geográfica de los operativos en los que el Ejército, la Marina, la Prefectura Naval, la SIDE, la Policía Federal y la Bonaerense, entre junio de 1976 y agosto de 1977, asediaron y diezmaron a una de las principales organizaciones armadas.
En esta producción especial, además, contamos por primera vez la historia de la casa de la calle 68 N° 1224, en La Plata, donde funcionó el único quirófano privado de la organización Montoneros en esa ciudad, al menos conocido hasta la actualidad.
Construidos con la información recolectada por la DIPPBA y la Sección Informaciones de la Prefectura Naval Argentina, estos mapas y la cronología de las caídas son solo una muestra del alcance y la profundidad, en pocos meses, de una represión que dejó en el país 30.000 desaparecidos.