El martes la temperatura en la ciudad bonaerense de Laprida traspaso los treinta grados. El calor agrietaba las calles cuando a las nueve de la mañana, en la Comisaría Comunal del pueblo, los cinco policías imputados por el homicidio de Daiana Abregú regresaron por unos instantes al lugar de los hechos.
La última vez que Vanesa Núñez, Pamela Di Bin, Leandro Fuhr, Juliana Zeleya y Adrián Nuñez estuvieron juntos en la seccional fue el 5 de junio del 2022, cuando vestían sus uniformes y Daiana Abregú era detenida por una contravención en la calle. A las pocas horas sería “hallada muerta” por los mismos policías, quienes explicaron que la joven de 26 años se habría “suicidado con su propia campera”.
Pero ayer los policías implicados no vistieron sus uniformes, ni estaban solos, mientras miraban sus antiguos escritorios. Fueron convocados allí por una comitiva de la Unidad Criminalística de Alta Complejidad (UCAP) de la Policía Federal. El objetivo era recrear el supuesto suicidio de la joven.
Los médicos legistas y peritos forenses de la UCAP fueron los que, tras analizar las dos autopsias del cuerpo de Daiana, concluyeron que la joven se quitó la vida. El informe pericial está viciado de estigmatizaciones hacia las supuestas “adicciones” de la víctima, así como también a la “inestabilidad” en sus vínculos personales.
Durante la reconstrucción del hecho en la comisaría, también estuvieron presentes el fiscal del caso, Ignacio Calonje, integrantes de la Comisión Provincial por la Memoria, en su carácter de particular damnificado y el abogado de la familia, Sergio Roldán.
¿Qué pasó en la comisaría?
“Nos llamó la atención la declaración de Vanesa Núñez”, apuntó Roldán. “Señaló que su escritorio estaba en una posición, pero en la causa declaró otra cosa”, detalló el letrado. “Una posición más conveniente para probar que no podía ver qué estaba haciendo Daiana en ese momento”.
Otra escena que el abogado destaca es la posición de la campera de jean de la víctima entre los barrotes de la celda. “Ataron la prenda tal cual aseguran que la encontraron y el nudo es muy visible. Es imposible no verla”, explica Roldán. El abogado sostiene que a la joven la asesinaron y le exigen al fiscal un nuevo informe pericial, en donde no participe ninguna fuerza de seguridad. “Queremos que el equipo pericial de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) sea quien analice los resultados de las dos autopsias”.
Los abogados de la CPM, Margarita Jarque y Pedro Auzmendi, también presentes en la comisaría, aseguran que la reconstrucción del hecho “no arrojó mayores novedades a la versión policial”. “Todavía no sabemos si el fiscal va a hacer la solicitud a la CSJ para pedir un nuevo informe”, comentaron.
Fuentes cercanas a la investigación del caso aseguran que Calonje aún debe estudiar la reconstrucción del hecho de ayer y, luego, evaluar si pide asistencia a la CSJ. Sin embargo, el plazo para la elevación a juicio vence el 24 de junio, con lo cual el nuevo informe pericial debería solicitarse en los próximos meses. En caso de que eso ocurra, ambos resultados ─el de las fuerzas de seguridad y el de los peritos de la Corte─ serán puestos en común durante el debate oral.
Las dos autopsias
La controversia con las autopsias del cuerpo no es un punto menor en la causa. Cuando la joven fue hallada muerta en la comisaría, el primer fiscal del caso ordenó un examen pericial que fue realizado por miembros de la policía bonaerense. Sin embargo, por los tratados internacionales a los que está suscripta Argentina, se prohíbe que una fuerza presuntamente implicada participe de la resolución del caso.
Tras ese episodio, se realizó una segunda autopsia por pedido de la CPM, que mostró resultados compatibles con la hipótesis de un homicidio. Eso llevó al fiscal a encarcelar a los cinco efectivos implicados. En base a estas autopsias, el informe pericial de la Policía Federal, solicitado por el fiscal, concluyó que finalmente fue un suicidio y los policías fueron liberados, aunque continúan imputados por homicidio.
Perycia realizó una investigación sobre el accionar de la policía de Laprida y comprobó la violencia e impunidad con la que muchos oficiales se manejaban, a pesar de haber sido denunciados en la ayudantía fiscal de la localidad. Las causas contra ellos no avanzaron e incluso algunos fueron ascendidos, tras brutales golpizas.
Desde el cinco de junio del 2022, la ciudad de Laprida no es la misma. La parsimonia de un pequeño pueblo de la pampa bonaerense, conocido por las esculturas del enigmático arquitecto Francisco Salomone, ahora se pliega en un sórdido pedido de justicia por parte de familiares y amigos de Daiana Abregú.
